La amante de la condesa

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Imara, estaba caminando al lado de la condesa, ellas se estaba dirigiendo a la biblioteca del castillo.

-Según la anciana, hoy debo enseñarte idiomas, bueno empezaremos con latín formal y después vamos con otros tipos de idiomas-le comento la condesa a la sirvienta y preguntó-¿En todo caso, como te llamabas?
-A si, se me había olvidado mi nombré es Imara-se presentó la chica y agrego-Y es un placer aprender de su conocimiento.

Observe a la condesa, que había sonreído por el alago que le hice, ahora que la observaba bien, no solo la encontraba bellísima, en ese instante la veía como un ser angelical o mejor dicho una diosa de la belleza

Llegamos a la biblioteca y entramos, la condesa, me indico a donde me debía sentar, cuando me senté en la silla, que estaba frente a un escritorio, la condesa, toma otra silla y se sentó al lado mío, y con un libro en mano, me preguntó, si es que sabia escribir en magiar, le conteste que si y que era unas de las pocas personas que sabia escribir mi idioma natal, mi tutora, me sonrió y me felicito, por saber escribir.

—Bueno, entonces podemos empezar con el latín, un idioma muy importante en la historia—la condesa, me comento y agrego—Empezamos.

La condesa, me enseño el alfabeto en latín y a como pronunciar cada palabra, así estuvimos durante unas horas

La condesa, se sorprendió al ver lo rápido que su nueva aprendiz, aprendía el alfabeto, después de algunas horas, la señora del castillo, le hizo una pequeña prueba, le dio un pergamino y una pluma, para que escribiese el alfabeto en latín.

Mi tutora, me dio un pergamino con una pluma y me digo que esto era una pequeña prueba y quería que escribiese el alfabeto en latín, tome estos objetos y con algo de nerviosismo, empecé a hacer lo que me ordeno la condesa

La condesa, miró que su estudiante estaba concentrada en el pergamino y en lo que escribía.

Bathory, se paro de su silla y empezó a caminar atrás de su alumna de un lado a otro.

«Esta sirvienta, huele bien», se permitió pensar la condesa, «Como sabrá su sangre, ¿sera mucho más rica que el fluido vital de las otras mujeres?» .

La condesa, toco el hombro de su pupila, esto provocó que los ojos de la sirvienta, se volviese ausente y oscuros, siguió escribiendo, sin darse cuenta de la proximidad de su tutora, que deslizo sus dedos por el cuello de Imara

—Su piel es suave y su sangre es caliente-comento la condesa, que acerco sus colmillos filosos, al cuello de su pupila, pero cuando estaba apunto de morder el cuello de Imara, pero se tuvo que contener al recordarla probicion de la anciana—Ella no me lo permitiría, además, es bueno guardar esta deliciosa sangre como un tesoro.

Bathory, suspiro y se pregunto el porque, estaba tan atraída aquel aroma.

—Ahora, que lo pienso, desde que he visto a esta sirvienta, no puedo quedarme tranquila—comento la condesa, que durante unos segundos estuvo pensativa—Tendré que averiguar, el porqué del olor diferente de esta mujer.

Bathory, saco la mano del hombro de la joven e hizo, que la chica volviese a la normalidad. Imara, siguió escribiendo, sin percatarse que su percepción del tiempo, se había atrasado unos minutos.

Había concluido, mi prueba y se la mostré a Bathory, la cual estaba parada atrás mío, ella, revisó el pergamino y me felicito por hacer bien la prueba y después de estudiar algunas palabras, terminamos la clase

La anciana, entro a la biblioteca y llamo a la sirvienta.

Escuche a a la anciana, llamándome para empezar mis estudios de alquimia y botánica, mi señora Bathory, se ofreció a ayudar con las clases, así que las tres, nos dirigimos a la mesa en donde estaban las extrañas botellas trasparentes.

Lealtad de sangre: Sangre Vieja/ Sangre Nueva. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora