¿Mentiras?

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-¿A dónde vas?- Dijo mi madre desde la cocina, cortando verduras para la comida.

-A donde sea menos estar aquí- Dije mientras me ponía una chamarra gruesa y mis tenis. El día seguía siendo frío, y estar encerrada aquí no me dejaba respirar, escuchar pelear a mis hermanas mientras hacían la tarea, y mi mamá teniendo visitas a cada 5 minutos me estaban desquiciando.

-Tu no vas a ningún lado, tenemos visitas debes comportarte.

-Son TUS visitas, yo no tengo nada que ver aquí.- Estuve a punto de abrir la puerta, cuando sentí una bofetada en mi mejilla, sentía que me ahogaba, quería golpearla, quería maldecirla, pero en lugar de eso decidí salir.

El aire golpeo mi cara con fuerza y tardé en recuperar el aliento, me sentía tan jodidamente enojada, quería estrangularla, quería que desapareciera. Desde que mi padre se fue no ha hecho más que jodernos la vida con su cara bonita y buena actitud con las visitas y su cara de perro cuando estas se hiban.

Mi mente me jugó con malas escenas de violencia hacia mi madre, pero aún así no decidí borrarlas, si no que mejor las alimenté con más odio hacia ella y todas las que se encontraban en la casa.

Caminé al parecer por horas, porque no reconozco esta parte de la colonia.

Habían más casas y más personas, muchos niños corrían mientras jugaban fútbol mientras que muchas niñas jugaban a brincar a la cuerda, muchos padres paseando a sus mascotas con sus respectivas familias, pero para mi extrañeza, no habían jóvenes.

Al principio creí que me encontraba en un parque, pero no, era otro fraccionamiento "Jerusalem" No comprendo el porque de ese nombre, pero suena confortante, y más con personas sonrientes.

Duré sentada en la banqueta mientras veía a los niños jugar, no puedo creer que a pesar del frío que esta haciendo estén muy felices, en cambio yo estoy muerta de frío, pero es obvio, ellos se encuentran corriendo y riendo, mientras yo solo estoy haciendo nada.

Son las 8:00 p.m. 

¿Enserio duré mucho tiempo aquí sentada?
El aire frío golpeó a todos muy fuerte, haciendo que al instante todos entren a sus hogares, me quedé sola en menos de un minuto.

Miré a mi alrededor, Nadie, no hay nadie, ¿Qué más da? Mejor me voy.




Camino por las calles iluminadas por los faros, en silencio todas están al igual que yo, mi cabeza agachada y mi cuerpo encogiéndose tratando de encontrar calor.

Esta escena me recuerda a la última vez que hablé y vi a mi padre.


FLASHBACK

Esa noche, era mi primer día de clases de la Preparatoria, estaba muy entusiasmada, no le conté a mi padre como me había ido en mi día, pero la noche era tan hermosa...

-Padre, ¿cómo sabré cuando llegue el amor a mi?- mi padre tenía su cabeza agachada, tenía su mirada triste, nunca lo entendí, pero ahora que no esta conmigo, se la razón.

-¿Porqué te interesas en eso tan de repente?- Noté su sonrisa forzada, la ignoré en cuanto comenzó a hablar.- Bueno, creo que es obvio que lo preguntes ya que estas en Preparatoria, mira Cara, el amor llega el día que menos lo esperas, llega como algo difícil de creer.- Guardo silencio un minuto, un fuerte golpe de viento frío sentimos en nuestros cuerpos, y continúo hablando.

-Cara, no te confíes de nadie, las personas incorrectas utilizan siempre ese hermoso sentir para manipular a la gente y hacerles daño. Cara, yo se que eres muy inteligente, y sabrás notar a la persona correcta para ti, pero por ahora quiero que seas fuerte. Sabes que las cosas pasan a su tiempo, hija, deja ser tiempo al tiempo, ¿lo prometes?

Solo pude asentir, mi padre me dio un fuerte abrazo, y sentir una de sus lagrimas derramarse en mi cuello.


FIN DEL FLASHBACK


Un carro casi me mata del susto con su clac-son al momento que me encontraba cruzando la calle, después de que el tipo me insultará salí corriendo, aún no sabia en donde me encontraba con exactitud pero ya reconocía los senderos.


Y a eran la 12:30 a.m. cuando llegué a casa. Y como era evidente, mi madre estaba despierta llorando en el sillón de la sala, cuando me vio cruzar la puerta me abrazó, no dijo nada, solo lloró en mis brazos. ¿Tanto es su orgullo para no preguntarme donde estaba? ¿o siquiera disculparse?

Se que parte fue mi culpa, pero ella nunca entenderá lo que llego a sentir cuando ella es doble cara con la gente, cuando me sofoco en este lugar, lo que siento desde que llegó cierta persona.

Se dio media vuelta y me dio un pequeño plato de sopa de verduras .

-Debes tener hambre.- Me sonrió dulcemente aún con lagrimas en los ojos, no tuve más remedio que aceptarlo y comerlo, pero carajo si que tenia hambre.


Después de tres platos de sopa de verduras, subí a mi habitación, era tan acogedora que pude sentir una calidez que emanaba hacia mi cuerpo, a pesar de eso, me desnude completamente, mire hacia mi ventana, la casa de Alex estaba totalmente oscura, no le tome importancia, fui hacia mi espejo, y por primera vez pude observar mi cuerpo con total atención. 

No sabia si asquear mi delgadez o alagarme por mis pechos y mis caderas.




¿NUEVA VIDA? ||[En Edición]||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora