Do I Wanna Know?

Primer Amor

Unas dos semanas pasaron, el bastardo mitad-mitad no se cansaba de buscarnos por lo que mis ratas internas pudieron contarme. Y extrañamente nunca me llevé tan bien con nadie como con Kirishima.

El tipo era pulcro, amable, sabía escoger películas. Nos turnábamos para cocinar, hasta cocinabamos juntos. No pude evitarlo. Casi podía decirse que lo acosaba. Pero aún con toda esa puta tensión sexual, nunca pasó nada. Capaz sutilmente sujetábamos nuestras manos paseando por el bosque, por inercia nos acercábamos al otro disfrutando de ese silencio.

Por un tema de que el termotanque era una puta mierda, los últimos dos días veníamos bañándonos juntos.

Era una tina lo suficientemente amplia para que ambos cabieramos, solía poner música para distraernos de no terminar en cualquier putada. Charlábamos sin cansarnos. Ahora mismo, estamos en la bañera y si no fuera por la espuma, vería la erección dolorosa que tengo.

Odiaba esto, el deseo de mierda que sentía, el hecho de saber que estaba totalmente vulnerable por este imbécil...
El agua se sacudió, de un momento a otro está encima mío, oh dios...

No puedo contra sus ojos... Sus carnosos labios son tan...

Corro a duras penas mi rostro, habíamos aclarado no involucrarnos durante este tiempo para no joderla. Y aquí estamos, su puta enorme erección acariciando la mía. Un gemido se escapa de mi boca, lo empujo casi patinándome para salir corriendo.

Soy un puto marica, soy un cobarde hijo de perra. Me cambio y abrigo, y salgo de este lugar. Necesito aire.

Deambulo por el pueblo cercano, tengo dos rosas, una cajita de chocolates... Me falta un puto globo que diga "Lo siento". No soy su maldito novio, entonces, ¿por qué siento que la cagué en grande?
Las luces están bajas, abro la puerta y... Oh dios...

Hay malditos pétalos de las flores que planté afuera desparramados por la entrada. Lo mato.

Doy zancadas siguiendo el rastro del crimen hasta el living y allí está él, vestido de traje ¿que de dónde mierda lo sacó?

- ¡¡POR QUÉ NO TE MATAS TU EN VEZ DE MIS PUTAS FLORES, BASTARDO INFELIZ!! - le tiro por la cabeza las flores y chocolates.

Sujeta mi brazo, no dice nada. Sonríe con una ternura que me hiere.
Me guía hasta una silla, me siento. Noto que las luces son de velas...

- Gracias por los chocolates, pero ahora mismo... Te toca disfrutar a ti del show.

Saca su celular del saco, y luego de deslizar varias veces su dedo, lo tira en un sillón cercano, y esa canción...

Esa maldita canción que me hizo "dedicarme" a bailar empezó.
Leave your hat on, la maravillosa y sexy versión de Joe Cocker, fue la primer canción que bailé en mi habitación sólo frente al espejo. Fue la canción que me hizo pensar "¿Por qué no?".

Y allí estaba, MI pelirrojo, moviendo sus caderas con una pierna apoyada sobre una silla. Como la noche que nos conocimos, río. Masajeo el entrecejo, y lo observo intentando seducirme y lográndolo en esa torpeza e inocencia que me parte en dos. Saco al piso, camisa, dios... Su cuerpo ¿siempre fue tan delicioso? ¿Sus tatuajes siempre fueron tan sexys? Tiemblo.

El oxígeno se escapa de mi nariz y me paralizo.
Se franelea contra las paredes como en esa película... No recuerdo su nombre, seguro él si. Después le preguntaré.

Pero es tan jodidamente sexy, gatea hacia mi, su pantalón abierto cae con cada paso. Apoya sus manos en mis rodillas, se desliza hacia arriba, estamos cara a cara. El me sonríe y relame sus labios, quiero probarlos...