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Después de matar a esas personas, me encadenaron a la pared.

Mi espalda está frente a ellos y sentir el ardor del metal.

Tenía la marca de la mafia, y nunca se iría, con esa marca ya quedo más que claro mi destino.

Al regresar nuevamente a mi vida "cotidiana" el pelirrojo se acercó a mí preocupado

Me preguntó si estaba bien, que me había pasado.

Preferí ignorarlo y continuar haciendo mis cosas.

No quería tener contacto con nadie.

Supe el caso de la mafia de mi bando, al parecer hay una nueva líder que asumió el cargo muy joven.

Yo iba a asumir el cargo de mi mafia después, solo habian pocas formas de conseguirla antes de la edad adecuada, y era matando a los líderes y a los demás posibles herederos.

Desde que era niñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora