Magnético

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Adrinne se despertó con un insoportable dolor de cabeza, se tambaleó hasta su cuarto de baño. El espejo delataba su horrible aspecto. ¿A dónde había ido la niña perfecta de portada de revista? Su cabello parecía un nido de pájaros, sus ojos estaban hinchados y rojos, y su piel estaba embarrada de lágrimas mezcladas con mocos. Era asquerosa. Adrinne se quedó mirándose en el espejo un momento, era la primera vez que se veía por tanto tiempo. Tocó con su dedo la mezcla seca de fluidos sobre su cara, estaba dura y le picaba; se preguntó si así se despertaban las adolecentes normales. 

Recordó el rostro de Marinette dormida mientras le escurría la saliva de boca. Marinette. ¿Cuánto hacía desde que no había ido a despertarla para llegar juntas a clase? ¿Cuándo había sido la última vez que habían estado juntas y solas? Adrinne ingresó a la ducha. No podía faltar, ya no. Su padre tenía razón, le había dado algo de libertad y había abusado de ella. Sintió el agua bajando por su cuerpo y despejando su mente. Antes estaba mejor. Tenía una agenda apretada, pero siempre había podido estar con Marinette. No podía seguir en la banda, desde el inicio sabía que era una mala idea. Tenía que disculparse lo antes posible con Juleka y Nathaniel. Tal vez así podría volver a como era todo.

Adrinne continuó su rutina con una normalidad, salió del baño, se vistió, bajó a desayunar y se dirigía al coche hasta que fue intervenida por Nathalie.
-Adrinne, tu padre dijo que el guardaespaldas te llevara hasta la entrada de la escuela y tendrás que regresarte con él y sólo con él ¿Entendido?-
Adrinne asintió en silencio y subió al vehículo. Nathalie miró con tristeza como la chica se alejaba en el transporte.

El carro avanzaba monótonamente, en cualquier instante llegaría a su destino. Adrinne miró a su guardaespaldas que conducía sin prestarle atención.
-Lo siento, Gorila, de verdad lo siento-
El vehículo se detuvo frente a la entrada de la escuela. Adrinne bajó la mirada con tristeza, a veces deseaba que su guardaespaldas fuera más comunicativo. Ingresó a la vista de todos sus compañeros que murmuraban con poco disimulo. El trayecto hasta su salón se sintió pesado hasta que se dejó caer sobre su lugar. Sus compañeros la veían con expresiones de miedo y desagrado haciéndola sentir incomoda. Adrinne volteó a atrás de ella. ¿Dónde estaba Marinette? Sintió el deseo de salir del salón e ir a su casa a buscarla, pero sentía que si salía de la escuela iba a estar Gorila en la salida; no podía asegurarlo, pero lo sabía.

Antes que Adrinne continuara mortificándose, llegaron al salón Alya y Nino juntos. Ambos se detuvieron de golpe cuando vieron a la chica. Ese era el colmo. Adrinne contuvo el deseo de gritar, no podía arriesgarse a que le dieran el reporte a su padre.
-Alya, ¿Dónde está Marinette?- Le preguntó a su otra amiga.
La chica la miró inicialmente con sorpresa para después pasar a la confusión.
-¿No lo sabes?- Respondió con una pregunta.
-¿Saber qué?- Preguntó Adrinne.
Alya dudó antes de decirlo.
-Marinette se fue con su madre a una región de China a visitar a su abuela, no volverá hasta la próxima semana ¿No te lo dijo ayer cuándo fue a llevarte los apuntes?-
Adrinne sintió que algo presionaba su pecho con fuerza.
-No, no la vi-
La pareja miró con cierta lastima la chica.
Nino se sentó a su lado y le dio suaves palmaditas en el hombro.
-¿Es cierto que mandaste golpear a Clow porque descubriste que te estaba poniendo los cuernos?-
La chica miró horror a su compañero. ¿Eso era lo que estaban murmurando?

No era capaz de concentrarse, había perdido la última oportunidad de ver Marinette en mucho tiempo y todo por ir con la banda. ¿Qué más le iba a quitar la banda? Definitivamente tenía que dejarla. El resto de las clases había sido imposible prestarles atención, todo lo que Adrinne había hecho era pensar en la forma en cómo le iba a explicar a Nathaniel y a Juleka que ya no iba a formar parte del grupo. Le preocupaba más Juleka que Nathaniel, si fuera por él, sólo lo dejaría y ya, pero Juleka estaba pasando problemas por su culpa. También tenía que aclarar las cosas con Rose. Tenía que hacer muchas cosas y tenía que hacerlas antes de salir de clases. En el momento que la profesora dio por terminada su clase, Adrinne se levantó de su asiento y se dirigió al nuevo lugar de Rose.
-No es lo que tú crees- La chica la miró con indignación y enfado.
-¿Qué? ¿Qué terminaste con tu novio y ambas faltaron el día de ayer?- Adrinne se dio cuenta que había más que explicar más de lo que creía.
-Las razones por las que termine con Clo y por las que falte a clases son totalmente diferentes a las que creo que te estás imaginando-
-Lo que sea- Contestó Rose con enfado. -Puedes ir diciéndole a tu nueva novia que no pienso ir al café-
-¿Ir al café?-.

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