188. Nada es para siempre

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Nada es para siempre y lo entendí, lo entendí porqué ya no tenía ganas de estar con él, ya no tenía ganas de las típicas peleas sin sentido, ya no sentía ganas de que las cosas se arreglarán, incluso tenía miedo de que lleguemos hablar y lo solucionábamos. El sentimiento era el mismo, lo amaba, pero la decepción era fatal y él mató las ganas.

Versos RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora