Versos Rotos

184. Vivir de recuerdos

Hace tiempo que tu voz y el sonido de tu guitarra siguen haciendo eco en mi... están escondidas en un hueco de mi corazón roto, un depósito (al parecer con fondo) que siempre vuelve a tocar la misma canción.

Recuerdas aquella tarde, en la que me dijiste que tenías un regalo para mi? tú no sabías que para mi bastaba la relación visceral que teníamos, esa intensidad de querernos u odiarnos a 140 km por hora, no importaba la razón, había algo fuerte entre tú y yo... pero te hiciste el tonto y me dejaste, pero bueno... eso no viene al caso ahora, quería que supieras que aun guardo tu regalo, esas notas de voz donde tú tocabas la guitarra.

Le he contado a muchas personas de ti, de que realmente existes, de como tu locura y rudeza arrancaron mi corazón del centro de todo lo que era mi vida, y de como lo tiraste al mar para que sanara sus heridas... pero nadie me quiere creer, mi corazón flota en el mar gracias a los sentimientos buenos que aun guardo por ti, aunque hayas desaparecido de la faz de la tierra.

Es que nadie sabe lo bien me hiciste, como gracias a ti poco a poco había vuelto a sonreír, a andar por la vida un poco más alegre y no tan triste, como hiciste que brotaran dentro de mi todas estas palabras que a veces son como navajas en mis venas, pero la mayoría del tiempo son como una caricia a mi piel desnuda de engaños.

Repito una y mil veces todos esos sitios en los que estás, con la luz apagada y el mar encendido, y te beso con mi lengua hasta asfixiarte de tanta pasión, y te miro a los ojos, acaricio tu rostro y vuelvo a sentir ese vértigo que se anuda en mis tripas cuando cierro los ojos y siento deseo de saltar al vacío, o a tu cuerpo, para calmar mi deseo.

Hace tiempo que tu voz y el sonido de tu guitarra siguen haciendo eco en mi, y a veces llego a odiarte con la misma intensidad con la que te amo.

Me he dicho miles de veces que no se puede vivir de los recuerdos, te lo dije a ti, pero era mentira, porque ahora yo vivo de tus recuerdos y tu vives de los recuerdos de otra persona.