Recuerdos del cuerpo

578 40 9
                                    


Por más que rebusco en mi mente no puedo encontrar la palabra correcta que puede describir lo que siento en este momento, nada, más sin embargo no dejo de seguir buscando. Intento definir lo que siento vagamente, no siento frio ni calor, no siento alguna brisa en mi pelaje y ahora que lo pienso nada en él, posiblemente estoy desnudo. Tengo los ojos cerrados no por que no pueda abrirlos, simplemente no quiero, extrañamente me siento cómodo como estoy, no tengo miedo de estar en esta condición pero tampoco encuentro el coraje necesario para salir de ella.

Después de mucho tiempo pensando creo que di con una palabra que pudiera describir mi estado, inerte, me encuentro en un estado de inercia total, parecido al de una pequeña roca en una acera. A menos que algo fuerce a que cambie este estado de inercia total no lo hare por mí mismo, me siento bastante cómodo estando así la verdad.

- Hey, ya despierta

Aunque carezco totalmente del sentido del tiempo puedo asegurar que ha pasado uno considerable, ahora una voz interrumpe mi estado total de reposo, una voz familiar, no sé si viene de mi interior o del exterior.

- Vamos hijo, ya reacciona, te extrañamos

- Pedazo de panda inútil bueno para nada, eres un vago ¡solo mírate! durmiendo todo el día sin hacer algo productivo

Otras voces familiar y diferente me susurra pidiendo lo imposible, simplemente no quiero regresar a donde sea que me pidan estar.

- Regresa por favor, me haces mucha falta, te extraño

Esa última voz, más que ser familiar era una voz sumamente importante, tan dulce, tan necesaria para mí. Moví mi brazo un poco y pude sentir que ya no estaba flotando en una nada, estaba acostado en algo suave, mi mente comenzó a divagar a través de muchos recuerdos de mi vida casi como un reinicio forzado pero necesario, aquellas voces pertenecían a personas importantes en mi vida que deseaba volver a ver.

Otro sentidos de mi cuerpo se fueron poniendo en línea por decirlo de alguna forma, pude sentir los dedos de mis pies, empecé a mover los dedos de mis manos y pude empezar sentir mi pecho subir y bajar por la respiración. Otra ráfaga de sensaciones vinieron a mí, sentí un poco de frio y me estremecí por completo, abrí mi hocico apenas solo para sentir mis labios resquebrajarse por lo seco que estaban, afine mi oído pero no pude escuchar nada salvo unos pitidos electrónicos.

Relamí mis labios un poco con dificultad para humedecerlos, empecé a abrir mis ojos con mucho esfuerzo sin ver mucho, parpadee unas cuantas veces hasta que mi vista comenzó a enfocarse y empecé a distinguir ciertas cosas con claridad, estaba viendo una ventana y a través de ella pude ver que era de noche apenas, las paredes era de un color gris opaco sin mucho más que decir, gire mi cabeza con algo de dolor hasta que mi vista se topó con una gran silueta que me daba la espalda y tenía su mirada puesta en un televisor en una esquina sin nada mejor que hacer aparentemente.

- ¿Qué imbécil... - tosí un poco- se atrevió a llamarme panda inútil bueno para nada?

La figura inmediatamente se giró rápidamente hacia mí, reconocía ese rostro en donde fuera, estaba un poco desaliñado pero para mí sería la hembra más hermosa de este planeta, mi madre.

- ¿Ben?

- ¿Me dirás quien fue? -sonreí- apuesto a que fue la boba de mi hermana -volví a toser-

- ¡Ben!

En menos de un segundo mi madre recorrió la distancia que nos separaba y se me abalanzo suavemente para darme un fuerte y cariñoso abrazo, algo en aquel abrazo se sentía distinto a los que solía darme siempre, estaba lleno de un sentimiento que poco a poco me hizo sentir increíblemente amado.

Recuerdos del cuerpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora