"Awai Hana" (BNHA) (Pausada)

Capítulo 16.3

¡Hola! 

Nos vemos abajo ^^

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Unos días antes

-¡Hana! ¡Hija! ¿Que ha pasado? ¿Por qué no hay puerta?

Hana retiró la mano rápidamente de la de Bakugō haciendo que este despertara del trance en el que se encontraba segundo antes.

Un leve pinchazo en la sien le hizo despertar y ser consciente de lo que estaba sucediendo; se encontraba a escasos centímetros de aquella chica de ojos azules que llevaba años quitándole el sueño, -sobre todo desde que había aparecido de la noche a la mañana nuevamente en su vida-.

No pudo frenar el fuerte palpitar que se había instalado en su pecho al ver el gran sonrojo en el rostro de ella, y en la posición en la que se encontraba; la había arrinconado contra la pared de la cocina con una mano apoyada en la pared, haciendo imposible que ella escapara de él.

No pudo reaccionar al momento de escuchar la voz de la madre de ella. Estaba bastante nervioso y confuso, ya que no sabía como había acabado así...

Y sobre todo al aparecer por la puerta de la cocina pillandolos en aquella posición. Todo había sido demasiado rápido.

Los ojos de la madre se abrieron como platos al ver la escena; pero sobre todo al ver que el chico que estaba con su hija no era otro que él: Bakugō Katsuki.

Ambos se miraron, una con expresión de sorpresa y el otro muy confuso, haciendo que Ume le sonriera no de forma incómoda, lo que confundió aún más al chico de cabello rubio ceniza.

Katsuki agachó la cabeza evitando todo contacto con la dos personas allí presentes, saliendo rápidamente de aquel lugar.

-Kacchan...

Hana fue a seguirle cuando vio que bruscamente se separo de ella y salió de allí como el viento, pero su madre la agarró por el hombro haciendo que parara.

-No Hana. Déjale.

La nombrada miró a su madre con preocupación para volver otra vez la vista al final del pasillo, por donde Katsuki desaparecía por el gran hueco que había causado él mismo.

Había estado tan cerca de verlo de todo. Tan cerca de saber que era lo que había pasado. Tan cerca de saber el porqué se le encogía el corazón cada vez que le veía.

Ume fue a abrazar a su hija para consolarla, al ver como los ojos de ella se habían vuelto cristalinos a causa de las lágrimas que estaban a punto de salir.

Pero un olor a quemado le hizo cambiar de opinión.

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Debería de ser todo una broma de mal gusto.

Demasiado surrealista para que hubiera pasado.

¿Desde cuando Hana era así de lanzada? ¿Desde cuando era capaz de mirar con aquella facilidad en el interior de alguien y ser capaz de controlar las emociones de aquella persona?

Esa no era Hana. No se correspondía en absoluto con aquella chica asustadiza y tierna que él recordaba. A él siempre le gustaba estar con ella aunque nunca lo mostrara; pero esa Hana no, le ponía muy nervioso... e incluso le causaba miedo.

"Kacchan... ¿por qué no quieres que te recuerde? ¿por qué me odias?"

Aquella voz dulce y atrayente que había oído en su cabeza, y esos ojos azules tan cristalinos que parecían casi blancos no era capaz de quitárselo de la cabeza.