capítulo 4 🌸

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Pasaron tres semanas de mi primer ecografía.  Hoy entraba en el tercer mes de gestación.  ¿La idea de abortar? Claramente sigue en pie.

Dentro de unas horas debo presentarme en la clínica con el dinero para practicar el aborto y por fin voy a dejar de maldecir mi vida por completo.

Me bañé, y me vestí con lo primero que encontré y que mi madrina me había reglado hace unos días atrás.  Salí de casa, discutiendo otra vez con ella, pero esta vez, ella, entendiendo lo que quería hacer.  Me despidió con un beso y sequé sus lágrimas,  me pidió acompañarme, le dije que no, y que cualquier cosa que pase, iba a estar agradecida a ella siempre por haberme apoyado cuando más lo necesitaba.

Caminé unas cuantas cuadras, con mis auriculares puestos y respondiendo unos mensajes de mi ex novio que preguntaba cómo estaba. Cruce la calle sin mirar el semáforo,  cuando miré a un costado ya era demasiado tarde y sentí el impacto de un auto, próximamente caí al suelo y quedé inmóvil

Narra Paulo

Por haber estado mirando mi celular no presté atención a la carretera y provoque un accidente. La chica quedó tirada en el piso inmóvil. Me temblaba el cuerpo.

Llamé a la policía y próximamente a una ambulancia. Llegaron y tuve que dar mis datos, tuvieron que trasladar a la chica a una clínica y pedí acompañarla, ya que venia sola. Mi auto fue secuestrado y luego tenía que presentarme en la comisaría para poder hacer todo lo correspondiente.

Vi la cara de la chica y parecía que fuera joda, era ella. Justamente ella, la chica a la cual le cague la vida y que ni siquiera lo sabe. Me sentí peor, pero tomé sus manos en todo el trayecto hacia la clínica.No paraba de cagarle la vida. 

Llegamos y la llevaron a la guardia para revisarla. Llamé a mi mamá y le comenté lo sucedido, también hablé con mi sobrino, Lautaro, y le pedí que luego me acompañe a la comisaría,  yo nunca había presenciado algo así,  en cambio, él sí. Tuve que pagar su ingreso ya que, no tenía obra social.

Luego de estar unos minutos esperando a algún médico, llegó uno. Tenia la documentación de la chica, al parecer se llamaba Valentina y era Argentina. Me dieron su parte médico sólo porque nadie de su familia estaba aquí y además fui quién la acompañó en la ambulancia. Estaba bien, solo debían dejarla en observación para ver como seguía su embarazo. Su embarazo me cayó como un baldaso de agua helada. Tenía que sacarme muchas dudas. 

Me dieron permiso para pasar a verla a la habitación en la cuál estaba y lo dudé, puede conocerme como puede que no. Ingresé y la ví sentada en la camilla con un vaso de agua en las manos. 

- Hola Valentina. - dije acercándome a su camilla a paso lento. Tomé asiento en el sillón que estaba a su lado y extendí mi mano. Giró su cara hacia mí y me miró extrañada. 

- ¿Quién sos? - preguntó

- Soy Paul... - me interrumpió.

- En realidad sé quien sos, la pregunta iba referida a qué haces acá. - comentó rápido. 

- Yo te atropellé. - bajó la cabeza y creí que era momento de volver a hablar. - Tu bebé est... - me interrumpió por segunda vez. 

- ¿No le avisaron a nadie que estoy acá?  - No da indicios de saber que fui quien estuvo con ella forzadamente esa noche. 

- No sabía con quién hablar, tu familia debe estar preocupada. ¿Me das algún número? 

- Arriba de esa mesita está mi celular, ¿podés alcanzármelo? - me levanté y agarré su celular. Se lo alcancé y ella marcó rápido un número. Decidí alejarme un poco y darle su privacidad. Escuché un poco a lo lejos su conversación y nunca escuché la palabra "mamá, o papá". Raro. - ¿Te puedo preguntar algo? 

- Sí, claro. - respondí volviendo a su lado. 

- ¿Quién cubrió los gastos de la internación? - preguntó

- Yo pagué todo, no te hagas problema por eso. 

- Apenas llegué mi madrina te devuelvo todo, y si querés podes ir yendo. Ah, y gracias por no dejarme tirada. - la miré negando. 

- No tenés que devolverme nada, algo por vos tenía que hacer. Cometí una irresponsabilidad y no te iba a dejar así. - no respondió y quise romper el hielo. - Tu bebé está bien. - rió

- Quisiera que no. - su voz se quebró y puedo jurar que estaba llorando o por hacerlo. No respondí nada, las dudas se me iban aclarando de a poco. ¿Porque no quiere a su bebé? Muchas razones no debe haber. 

Minutos después la puerta sonó y me acerqué a abrirla, una mujer ingresó y me saludó, también a ella. Intercambiamos números, quedé en llamarla y me fui a resolver los demás conflictos que tenía. Le pido a Dios que ese bebé no sea producto de mi borrachera. 

• 40 semanas • (Paulo Dybala)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora