Capítulo 1: Juegos

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Un sabio dijo:

" No te confíes de las palabras bonitas, muchos tienen azúcar en la boca y veneno en el corazón."

anónimo.

"No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños."

Mario Benedetti.

"Para apreciar la luz, hay que conocer la oscuridad "

anónimo.

"si pudiera escuchar su risa, la guardaría, para dejarla sonar cuando el silencio cruce la soledad."

anónimo.

Todo empieza con la vida de una pequeña niña llamada Natalia, que a su corta edad de 7 años no tenia la infancia que debería, en cambio, paulatinamente era víctima de humillaciones y abusos de todo tipo. Siempre con ganas de ser alguien fuerte, de superar todo lo que le ocurre y de dejar de ser una marioneta, de la cual todos manipulaban a su antojo, porque lo que más sabia era que su vida se estaba transformando en una triste historia de la cual tanta importancia tal vez no le darán. 


-Hola mami, ya llegué- le dijo a su madre con una sonrisa forzada en su rostro.

-Hola, como te fue en el colegio? - le pregunta alegremente.

-Bien, mami, puedo salir a jugar? - su madre le indica que si con la cabeza a la pequeña Natalia.

Natalia salió supuestamente a jugar, pero ella tenía muy claro que económicamente no estaban bien y lo único que quería era trabajar, pues el solo pensamiento de saber que su madre estaba angustiada por el dinero (el cual hacía falta), la consumía de pena.

Natalia sin perder tiempo se dirige a la casa de su vecina.

-Hola tía, vengo por lo que me dijo- le dice a una de sus vecinas.

-Hola mi niña, está bien te mandaré a llevarle esta carta a la persona que se encuentra en esta equina-le muestra la dirección y le explica más detalladamente.

-Iré enseguida- dirige su mano a su frente realizando cierto saludo de soldado a general despidiéndose, y va rápidamente a la casa dada en la ubicación.

Después de dejar la carta en el lugar pedido se dirige de nuevo a la casa de su vecina.

-Listo, ya ha sido entregada su carta-.

- Que rápida, bueno aquí está tu dinero pequeña, si necesitas más me dices-.

-Pues...realmente si necesito más-.

-Está bien te daré cinco mil si me ordenas la cocina, no! ¿Espera te daré más siete mil, más los dos mil de la carta serían nueve mil, te parece bien? -la niña demuestra un sí con un movimiento de cabeza leve, de arriba hacia abajo.

Natalia se dirige a la cocina; era muy amplio el sitio comparado al de su hogar, realmente era lindo, color crema por dentro, con unas cortinas color rojo, pero al estar desordenado la belleza no era muy notoria y se dispuso a ordenar lo más rápido posible, lo que no fue una complicación para Natalia.

-Está todo limpio, ya he terminado- le dice entusiasmada y satisfecha con su trabajo, ya que sabía que lo había realizado bien.

-Está bien querida, toma-le entrega el dinero acordado.

- Muchas gracias, adiós, fue un gusto- se despide con un leve movimiento con su mano derecha.

-De nada mi niña y que tengas un buen día-.

Al llegar a su casa esconde el dinero que había ganado para su madre en la billetera de esta.   


Yo y mi Vida; porque la realidad duele y se amaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora