Después de una semana desde la llegada de Mizarth y Alcorth a la hermandad, habían aprobado todas las pruebas casi sin esforzarse; era notable que el entrenamiento a lo que fueron sometido por Sagga tenía sus frutos.
— Veo que los nuevos han aprobado todas tus pruebas, sin problemas — Dijo Ron
— Si, no es para menos fueron entrenados por Sagga — respondió Markethe.
— Disculpa, ¿el mismo maestro que te rechazó? — pregunto Ron con una sonrisa en el rostro.
— Si ese mismo, y ya deja eso, sé por dónde vienes — espeto Markethe.
— Tranquilo, yo solo hacia la salvedad en que al gran maestro de combate Markethe lo habían rechazado. — dijo Ron con ironía y riendo un poco más.
— Recuerda que yo era más joven que ellos cuando fui a verlo — hizo una breve pausa y miro al techo pensativo — a no espera no lo puedes recordar porque en ese momento me habías dejado solo... — dijo Markethe.
— Esta bien ya no juego, no me gusto este juego — respondió Ron.
— ¿Algún día me contaras que hiciste? ¿Cómo llegaste a hacer tanta des...? — Pregunto Markethe, pero fue interrumpido por Ron.
— Ya para con esas preguntas son cosas que no quiero olvidar, para no volver a hacer eso jamás pero no es para estar conversándolas — respondió Ron cortante.
— Mmm ok, lo siento — Dijo Markethe colocando una mano en el hombro de Ron
— Aparte que no tienes estomago para escucharlas — dijo Ron.
— Después de encontrarte como te encontré lleno de mugre y sangre y con una mirada que parecías otra criatura ¿qué puede ser peor que eso? — Dijo Markethe.
— Cree lo que te digo, si hay cosas peores, cambiando de tema, ¿qué sabes de tío? — pregunto Ron.
— Esta bien aún no ha parado de hacer sus averiguaciones, quiere lograr tener evidencias de lo que hace Neipoy para poder convocar al consejo mundial y conducir un ataque contra ellos con ayuda de Cawdor — Respondió Markethe.
— Eso espero, ojalá el maestro nos permitiera intervenir, pero bueno eso no pasará, no podemos exponer a la hermandad, cuéntame más de tus nuevos reclutas — Dijo Ron.
— Bueno, ¿te conté que yo me topé con ellos hace unos años atrás? — Pregunto Markethe.
— No, ¿cómo que te topaste con ellos? — pregunto ron
— Si hace unos 30 Años fui al Epiro del Oeste y allí en uno de los pueblos me tropecé con ellos — Dijo Markethe.
— Pero ¿por qué recuerdas eso? — Pregunto Ron
— Es que la verdad me impresiono algo de ellos, no sabría decirte que es, pero tienen algo especial, y en aquel momento pensé que me gustaría quedarme a entrenarlos, sobre todo a Mizarth — Respondió Markethe.
— mmm ya veo, ¿si sabes que hace muchos siglos que la pedofilia fue quitada de nuestro ADN? — Dijo Ron con una sonrisa en el rostro.
— Sabes que no me refiero a eso, deberías de venir conmigo los voy a llevar al templo es su primera visita, y así podrás comprobar lo que te digo — Dijo Markethe.
— Ok iré contigo, mientras vamos conversando un poco más — dijo Ron.
Ron y Markethe partieron a encontrarse con los hermanos en el salón de entrenamiento, que se encontraba pasando el patio principal y este parecía un coliseo de combate, allí también se celebraban una vez cada cuatro años un encuentro de luchas de todos los peleadores que quisieran inscribirse, el cual Markethe había ganado dos veces, pero Ron no había querido participar, por temor a lo que pudiera hacer.
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El Sello: La Rebelión de los Caídos
AventuraHan pasado casi diez mil años después de un evento climático que llevo a la humanidad al borde de la extinción, pero no ocurrió. En la actualidad existe un consejo mundial que está atento de que la paz de la humanidad no se rompa, y para esto tiene...