Capitulo 17: La muerte se aproxima

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Los soldados, obedeciendo la orden de su comandante, avanzaron rápidamente para acabar con los hermanos Patmus. Sin embargo, la situación cambió drásticamente cuando flechas comenzaron a llover desde el cielo. Valend, a salvo en las alturas, atacaba a los soldados que intentaban herir a los indefensos Alcorth y Mizarth. Quzury emergió de entre los callejones, blandiendo su Bo con destreza, mientras Ghom irrumpía desde una de las casas con su escudo. Arnolf descendía desde lo alto con dos espadas unidas en los mangos.

A pesar de las heridas de Alcorth y la rodilla fracturada de Mizarth, los gemelos Zeta demostraron ser aliados inesperados. Farani bloqueó un ataque que se dirigía hacia el casi inconsciente Alcorth, cambiando el curso del combate.

"Vámonos de aquí," ordenó el comandante al ver la situación desfavorable. "Se arrepentirán por esto, ellos lo pagarán."

La batalla concluyó, y aunque los hermanos Patmus estaban relativamente a salvo, Alcorth había sufrido heridas graves y se encontraba recuperándose en la enfermería del navío. Al despertar, encontró a Valend junto a él, preocupada y aliviada.

"Despertaste, mastodonte. Estaba preocupada. ¿Qué le diría a Mirve si...?" Valend no pudo evitar abrazar a Alcorth, expresando su alivio.

"Podrías haberle dicho que se fue con otra," bromeó Mizarth, aunque su sonrisa indicaba su alegría por ver a su hermano despertar.

Alcorth, confundido, preguntó qué había sucedido. Mizarth explicó que los gemelos Zeta habían intervenido para salvarlos. Pasaron tres horas desde el ataque, y Alcorth recobró la conciencia en el navío Patmus, en las costas del país donde habían enfrentado la emboscada.

"¿Cómo nos salvamos de eso?" preguntó Alcorth.

"Los gemelos nos salvaron, hermano," respondió Mizarth.

"Pero ¿no fueron ellos los culpables?" Alcorth mostró su escepticismo.

"Quítate la garrapata que tienes en el pecho, levántate y ven a la sala de órdenes. Debemos reorganizarnos. Creo que sé a dónde van," declaró Mizarth.

Valend acompañó a Alcorth a la sala de órdenes, donde se reunieron con los demás. Alcorth, con su típica seriedad, se sentó en la cabeza de la mesa, mientras Mizarth ocupaba el otro extremo. Quzury, Farani, Arnolf, y Ghom tomaron asiento después de haberse ganado el derecho de hacerlo.

"Expliquen qué ocurrió, ¿por qué no siguieron órdenes?" exigió Alcorth.

Los gemelos Zeta explicaron su decisión de desviarse al notar comportamientos sospechosos entre los habitantes. Ocultaron su estrategia para no ahuyentar a los conspiradores antes de actuar. Aunque la desconfianza persistía, Alcorth aceptó la explicación.

"Ya los descargamos en el navío y los enviamos a la hermandad. No se preocupen por eso," aseguró Arnolf.

Alcorth, aún incrédulo, cambió de tema. "¿Cuál será el siguiente objetivo?"

Quzury señaló que probablemente serían los padres de Mizarth. Alcorth, Mizarth y los demás asimilaron la gravedad de la situación.

"Debemos ir a evitarlo," instó Alcorth.

Sin embargo, la voz de la sabia Sagga resonó en su mente, advirtiéndole contra una acción imprudente. Alcorth, impulsivo como siempre, apenas notó el agotamiento de Ron durante sus intervenciones.

"Alcorth, casi los matan a ustedes dos y a nosotros también. Ese escuadrón es más fuerte de lo que pensamos. Debemos analizar bien qué hacer," sugirió Quzury.

A pesar de la oposición, Alcorth estaba decidido. "Ya voy en camino con un batallón de la hermandad para apoyarlos en el rescate de Lord Nor. Debemos sacarlo con vida y a su esposa," anunció Markethe desde la proyección.

El Sello: La Rebelión de los CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora