Capitulo 2

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Nueve años

Los vestuarios de la escuela de ballet olían, aún que parecía increíble, extraordinariamente bien. Aquello siempre le había llamado la atención a Lilian pero mientras recogía con prisas sus pertenecías y las guardaba en la bolsa de deporte su mente recordó ese dato sin importancia. Estaba nerviosa, en unos días serían las pruebas para los protagonistas de la obra de navidad y ella había trabajado muy duro para intentar ganar el papel. Cuando bailaba era como si toda su timidez y usual torpeza desapareciese y solo se quedasen ella y la música. Era una sensación mágica.

Sacudió la cabeza, aquel no era el momento de estresarse pensando en sus posibilidades. El cumpleaños de Kendall ya había empezado y sabía que su amiga se enfadaría si no aparecía antes de la merienda.

-¡Qué rápida!- exclamó su padre con una sonrisa.

-Si... Vamos, vamos.

Lilian había mejorado bastante su manera de relacionarse y todos sabían que era gracias a Kendall. Ambas eran inseparables y tenía una plena confianza la una en la otra.

-¿Cómo te ha ido hoy? Pareces agotada.

- Supongo que no ha estado mal, pero ningún puesto está asegurado. Hay grandes bailarines y bailarinas en la compañía y muchos querrán presentarse.

-Tú también eres muy buena- su padre la miró fijamente o para ser exactos a la mueca que hizo Lilian al oírlo-y no lo digo porque soy tu padre Lili, veo como bailas y creo que lo haces estupendamente.

-Quizás...

-¿Qué fue lo que te dije que debes decir cuando alguien te elogia como yo ahora?

-Gracias papá.

Harry abrió la puerta del coche preocupado, no era bueno tener tan poca confianza en uno mismo.

-¿Y mamá?

-Ya está en casa de los Graham. Oye si quieres descansa un poco hasta que lleguemos.

Lili cerró los ojos, le dolían los pies y tenía mucho sueño.

(...)

-Tienes mala cara Bloom.

Keith Graham el hermano de Kendall le impidió el paso a Lili. Tenía una sonrisa arrogante y la misma seguridad que su hermana. Le odiaba. Todo el cariño que sentía por su amiga era el mismo que el odio que sentía por aquel idiota.

Decidió ignorarlo e ir por otro sitio, pero de nuevo Keith la detuvo.

-¿No sabes hablar? Ya sabía que eras retrasada pero hasta este punto...

Lili notó como las lágrimas empezaba a caer y maldijo. «Ahora no»

-Bloomy, Bloomy a ver quien te ayuda ahora- la mirada del hermano de Kendall era casi demoníaca.

«Por favor que alguien venga» «Por favor» Sabía lo que iba a pasar, sabía que Keith se vengaría de ella.

Retrocedió asustada, sollozando.

-No fue mi culpa- un paso más- yo no me chivé- otro paso- sabes que no.

-Seguro-algo en la voz del niño le advirtió de sus intenciones pero era demasiado tarde.

Keith la empujó por la escalera con todas sus fuerzas.

Un gritó rompió el aire.

Después silencio.

Y una avalancha de padres y niños que habían escuchado desde el jardín aquel gritó desgarrador.

-¡¿Qué ha pasado?!

Mil razones para no llorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora