Dieciséis años
—Lo has hecho de puta madre Lils.
Seth olía a pintura y tarta de chocolate.
—No digas palabrotas.
—Solo digo la verdad, bailas genial. El que ha organizado el ballet este ha escogido a la mejor bailarina que tenía y esa eres tú. Has brillado pequeña—la estaba mirando fijamente y Lilian odiaba que hiciera eso.
—¡Lili!— se apartó de Seth para dejar que su madre la abrazara—ha sido precioso.
—Gracias mamá.
—Gwen ¿nos dejas secuestrar a tu hija para ir a celebrarlo?
—Está noche os dejo— Kendall sonrió triunfante—pero no quiero que me la devuelvas borracha. Hora límite las dos.
—Las cuatro me parece más justo— protestó la rubia—hoy es un día especial.
—La tres y ni un minuto más Graham número tres.
—¡Gracias Harry!
—Gracias papá, eres genial.
—¿Quién os lleva?
—Yo por supuesto.
La sonrisa de Seth convenció a la madre de Lilian. Él tenía ese don de encandilar a las personas con su alegría.
—Está bien—casi corrieron hacia la salida—¡Id con cuidado!
(…)
Kendall se sentó atrás asegurando que quería dormir un poco antes de llegar así que Lilian no tuvo más opción que sentarse junto a Seth.
La castaña no sabía en que momento se había enamorado de su mejor amigo pero desde hacía un tiempo se sentía rara a su lado. El chico había cambiado con los años, dejando atrás al niño estrafalario para convertirse en un atractivo adolescente.
"Y con novia" Pensó amargamente Lilian. Amanda y él llevaban cuatro meses juntos y estaban locos el uno por el otro. Todos sus compañeros decían que eran la pareja perfecta. Lils quería odiar a Amanda pero le era imposible, la joven era encantadora y dulce con ella. Además era preciosa, tenía una larguísima melena negra que le caía en suaves ondas hasta la cintura, unos ojos negros como el carbón, la piel de porcelana y unos rasgos hermosos. Y si a eso le juntabas que era alta y esbelta pero sin llegar a estar muy delgada, las esperanzas de Lilian se iban por el desagüe.
—Pareces pensativa Lils—bromeó Seth.
—Estoy pensando en que momento dejé atrás mi timidez y empezé a ir a fiestas.
—Kendall es una mala influencia para ti, joven padawan.
—¡Aún sigues con eso! Después de todo este tiempo...
—Always.
Lilian casi se derrite en el asiento. Seth era tan friki como ella y podían pasarse horas haciendo referencias.
—Este viernes podemos hacer un maratón de Star Wars y dejar el de Stranger Things para la próxima semana.
—Oh mierda, olvidé que el viernes teníamos la tarde de maratón—Lili ya sabía lo que iba a decir antes de que abriese la boca de nuevo—he quedado con Amanda ¿Te molesta?
"Si, me estas destrozando el corazón."
—No, claro que no—se esforzó en sonreír pero solo le salió una mueca—pasadlo muy bien.
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Mil razones para no llorar
Teen FictionLilian y Kendall se conocen desde siempre. Tienen una amistad perfecta y una vida perfecta. No hay nada que pueda romper eso, o al menos eso creían.