Mil razones para no llorar

Capítulo 5

"Ni una llamada"

Lilian estaba enfadada, enfadada de verdad. Sus mejores amigos parecían estar ignorándola. En todo el fin de semana no había recibido ni una llamada y ni ningún mensaje por parte de ninguno de los dos.

Cerró la puerta del studio de baile con cuidado. Fuera hacía frío y tanto viento que tuvo que agarrar su gorro para que no saliera volando.

—Bloom.

Jason estaba apoyado en la pared mirándola fijamente. Tenía las mejillas ligeramente sonrojadas por el frío por lo que debía llevar esperando un buen rato. Lilian empezó a sentirse nerviosa. En la fiesta, el dolor que le había causado ver a Seth con Amanda había frenado su timidez, pero ahora empezaba a sentirla de nuevo.

—¿Vas a decir algo o piensas quedarte ahí todo el día?

Lilian decidió que lo mejor era ignorarlo y caminar como si no estuviera hablando con ella.

—¿Adonde vas?—la sujetó por el brazo.

—¿Qué quieres?— habló por fin.

—Hablar, me caíste bastante bien.

La chica casi se echó a reír. Casi.

Armándose de valor le soltó: —Es una apuesta ¿verdad? La gente como tú no habla con gente como yo, no los persigue y no está interesado en llevarse bien. Dime la verdad y acabemos con esto de una vez.

Jason pareció pensarse la respuesta. Se pasó la mano por el pelo, Lilian se había dado cuenta de que lo hacía cuando estaba nervioso.

—No es una apuesta—supiró—pero tienes razón en algo, tengo un motivo oculto—señaló un café que había en la otra acera—¿quieres tomar algo mientras te lo explico?

(…)

—Esto es...

—Raro.

—Si. Bueno, quizás la palabra adecuada sería surrealista.

Jason le había explicado toda la historia. Al parecer, Gwendolyn Bloom y Cassandra Woods había sido las mejores amigas durante dieciséis largos años hasta que un conflicto muy grave, que la madre de Jason no le había explicado, las separó. Cassandra intentó que Gwen la perdonara y tras descubrir que su hija estaba en la misma clase y curso que su hijo, le había pedido a este que se acercara a ella con el fin de intentar acercar a las dos familias y recuperar su amistad.

—Solo quería ayudar a mi madre. Además, me estaba dando mucho la brasa con esto.

Lilian dió un sorbo a su café. Aquello si que no se lo esperaba. Toda aquella historia le parecía increíble y digna de una novela.

—Bueno, ¿me vas a ayudar?—sus ojos verde azulado observaba cualquiera de sus gestos cuidadosamente.

—Está bien, te ayudaré.

El teléfono de Lilian vibró. Tenía un mensaje de Seth:

«¿Qué haces peque? ¿Te apetecé charlar o algo? Podemos hacer hoy el maratón de Star Wars.»

Lils:

«Estoy tomando un café con un amigo. Pulgares arriba por ese maratón. ¿Quedamos a las cuatro?

—¿Somos amigos?—enarcó una ceja divertido.

—Eh...

—Me parece bien— extendió su mano— ¿amigos?

—Claro.

Seth:

«¿Un amigo? No sabía yo que quedabas con amigos ¿Quién es? ¿Le conozco?»