Dakota nunca se había preucupado por su pasado, pero cuando lo olvidó todo de un día para otro no pudo dejar de pensar en ello.
Ella lo sabía todo pero, ¿lo podrá recordar?
Cuando la voz extraña se dejó de oír en la habitación la chica se dió la vuelta y pude ver una etiqueta en su ropa. Ponía Liria, supuse que era su nombre pero todavía no quería preguntarle nada. La voz me dejó un poco desconcertada. No tenía ganas de hablar de nada ni de preguntar nada. Simplemente me dispuse a pensar en el "pequeño discurso de bienvenida" que acababa de oír.
La voz se refería a muchas personas pero por el momento solo he encontrado a esta chica y si solo estuviéramos nosotras se referiría a nosotras en femenino. Estaba diciendo niños a sí que a lo mejor es mayor que nosotras...
- Tengo miedo -dijo la voz de aquella chica interrumpiendo mis pensamientos.
-¿Te llamas Liria, cierto?-dije con una voz que intentaba que sonara tranquilizadora aunque no lo estuviera, no estaba nada tranquila.
La chica me miró extrañada por aquella pregunta. Le señalé hacia su camisa para hacerle ver la etiqueta con el nombre que llevaba escrito.
- ¡Oh! No lo había visto. Ahora que me fijo tú tienes una igual te llamas Dakota ¿verdad? - Dijo la chica algo más alegre. Ella tenía el pelo marrón claro con unas enormes coletas a los lados que parecían sacadas de alguna serie. Tenía las labios rosados y pequeños y sobre toda su redonda nariz tenía un montón de pecas que la hacían ver más infantil.
- Sí - dije todavía un poco descocertada ¿la etiqueta estaba ahí todo el rato?.
No dije nada más y me dispuse a bajar al salón. Pensaba que a lo mejor había cambiado algo cuando la voz habló. Liria me siguió hasta abajo, al parecer no quería quedarse sola. Encima de la mesa del salón vi un pequeño papel doblado en el que ponía "nota de bienvenida".
Me dirigí a coger el papel y me dispuse a leerlo en voz alta:
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Rin... No sé muy bien qué tipo de nombre es. Esta claro que sí no quiere que supiéramos quién es no va a decir su sexo ni su nombre real. Dudo que ese sea su nombre. Dice que no confiemos en nadie ¿Es una pista? Aquí dice que tenemos que conocernos pero la cabeza me da vueltas y ya no se qué pensar, estoy muy desorientada.
- Hey no pasa nada Dakota. No llores, yo tampoco entiendo nada y tampoco recuerdo nada pero todo va a estar bien, esto no parece tan malo.- lo último lo dijo con una sonrisa muy forzada ella tampoco estaba bien. Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta de que empezé a llorar. Ya no sabía qué hacer. Miré a Liria y la abrazé como un signo de agredecimiento. Ella se separó un poco y se dirigió al sofá, me hizo un signo con la mano para que fuera con ella y me senté a su lado.
- Ahí dice que tenemos que conocernos ¿no? Pues venga vamos a hablar. Sólo hay un problema... La cabeza la tengo hecha un lío no recuerdo nada ahora mismo. Pero podemos hablar de otra cosa, a ver unmmmm....- tenía una voz optimista pero su cara decía lo contrario. Ella no quería hablar quería entender algo igual que yo.
-¿Qué te parece la decoración? Un poco sosa para mí gusto. Pero no le falta nada de personalidad.- dije yo con el intento de suavizar la situación sonriendo, cosa que no había hecho en todo el dia y parecían años.
- Buena idea vamos ha hablar de las cosas en la casa para tranquilizar el ambiente. A mí me parece muy bonita la decoración me encantan las paredes blancas y los suelos de madera. Yo creo que está sería mi casa perfecta. Aunque no entiendo muy bien la funcionalidad del tercer piso. Sólo cajas y aparatos de limpieza, encima el diseño no combina nada con el resto de la casa. - hablaba tan rápido que tarde un poco en procesar todo lo que había dicho. Me quedé callada al no saber que más añadir pero fue entonces cuando recordé que había un precioso jardín afuera de la casa.
- A mi lo que más me gusta es el jardín que hay. Lo único que me extraña es que para un jardín tan grande no halla nadie cuidando de el-parecia tan bien cuidado que me extrañaría si se regase solo.
-Yo todavía no he visto el jardín pero supongo que será precioso. ¿Vamos a verlo?-y sin decir nada más se levantó antes de que yo pudiera responder y se dirigió hacia la cocina en la cual estaban las puertas para llegar al jardín.
Llegamos allí y las dos nos quedamos sorprendidas por lo que vimos. ¡Alguien estaba regando las plantas! Me alegro tanto de que hubiera alguien más en la casa que ni dude en salir corriendo a preguntarle mil y una cosas.
-¡Hola! Soy Dakota y estoy un poco confundida desde esta mañana. De momento solo estamos mi amiga y yo. ¿Nos podría ayudar?-dije con la voz mas amable que pude poner en ese instante.
-Lo siento, pero yo tampoco sé nada señorita. A mí me contrataron para cuidar este jardín. No me dieron ninguna información adicional. Pero si te pasa algo aquí me tienes para lo que sea-dijo un hombre que parecía ser mayor que yo. Me desánimo un poco aquellas palabras ya que era la única esperanza que tenía.
-¡Oh! Gracias por la información. Le pediré ayuda si lo necesito pero seguro que no sabe si...-fui interrumpida por la voz de Liria que mientras yo hablaba se acomodó a mi lado mirando las plantas.
-Muchas gracias señor, pero ahora tenemos que hablar de una cosa mi amiga y yo, sí no le importa vamos a entrar ya- la mire un poco enfadada ya que yo le quería preguntar mas cosas. En ese momento estaba más confundida que nunca y no sabía si enfadarme o ponerme a llorar.
-¡Hey! Estaba hablando.-dije con un tono de enfado. Mientras caminamos de nuevo a la sala y nos sentábamos en el sofá.
-Oye no te enfades. ¿Ya se te ha olvidado lo que ponía en la nota? No hay que fiarse de nadie. Y yo voy a seguir ese consejo.-entonces fui cuando recordé lo de la nota. Me puse tan feliz de ver a otra persona en la casa que podía saber algo que se me olvidó por completo.
-Entonces tampoco puedo fiarme de ti-
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