Estabas en la cama de su habitación recostada, porque tenías gripa, te sentías fatal, tenías fiebre, te ardían la garganta, los ojos te irritaban y la nariz estaba roja de tanto que te la sonabas.
Recostada tapada con cobijas, viste que la puerta de la habitación se abrió, dejando ver a una castaña melena era Niall que en sus manos traía dos tazas, te sonrió, puso las tazas en la mesita de noche, se puso junto a ti y te dió un beso en la frente."¿Cómo te sientes _____?" preguntó, acariciándome el cabello.
"Me siento fatal, me duele todo hasta la garganta" dijiste malhumorada y quitando su mano de tu cabello te alejaste de él, le diste la espalda. Él solamente rió, sentiste que puso su mano en tu cintura, y tedio un beso en la mejilla, en el cabello, te jalo más así él.
"Nena, no tienes porqué estar molesta" dice dándote besos en tu cabello. Sólo cerraste más los ojos, hasta que sientes que te da un leve mordisqueó en el lóbulo de tu oreja, te estremeces, él sólo ríe por tu reacción, te diste la vuelta rápidamente.
"Niall, no hagas eso me duele y estoy resfriada" dijiste y él sólo, tenía una hermosa sonrisa.
Se acercó a ti y te envuelve en sus brazos, dándote un sonoro besó en la mejilla.
"Mi vida, te traje un té para que te sientas mejor, te parece si vemos unas películas para que te distraigas y yo te cuide o prefieres quedarte aquí sola" dice sólo lo miras a los ojos, como es que el podía ser tan hermoso, perfecto contigo, en cambio tú, no se tenías el novio más perfecto de todos y del mundo.
"Me gustaría, por eso tengo el novio más guapo de todo el mundo" dijiste dándole un beso en la mejilla, soltando un pequeño estornudo.
"Y yo tengo a la novia más hermosa de todas" dijo él, dándote un beso de pico en tus labios.
La tarde con Niall fue linda y tranquila, él te hizo sentir mejor aunque estuvieras con gripe, él te hacía sentir feliz y segura, como lo amas.
Me disculpo por no publicar esta es una nueva historia, espero y la disfruten y pueda contar con su apoyo como siempre, son increíbles.