𝐒𝐈𝐌𝐏𝐋𝐄𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐍𝐎 𝐓𝐄 𝐐𝐔𝐈𝐄𝐑𝐄 | 𝐒𝐓𝐄𝐑𝐄𝐊 (𝐏𝐀𝐔𝐒𝐀𝐃𝐀)

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Sus labios se acariciaban con lentitud en un baile que deseaban no tuviese final y sus grandes manos le sostenían por la cintura suavemente, con un amor cuidadoso y sublime que casi hacía sentir al aire sofocante.

Le estaba tocando y besando como si estuviese hecho de cristal; como si fuese el más precioso de los tesoros. Como si con un toque demasiado brusco o con un beso demasiado intenso fuese a romperse en miles de pedazos.

El moreno le estaba sosteniendo como si fuese algo valioso, como te aferrabas a aquello que más te aterraba perder y le abrazaba hacia su cuerpo como si fuese la última vez que lo tendría entre sus brazos.

Realmente sentía como si el aire se volviese imposible de respirar y aun así, no lo necesitaban...

-No quiero interrumpir su juego previo, pero me están dando ganas de vomitar-

Scott se separó del pequeño castaño y Liam abrió enormes sus lindos ojos azules asustado. Miró avergonzado a Stiles y en segundos sus palidas mejillas pasaron a ser carmesí.

El moreno vio fastidiado a su mejor amigo por el comentario, mientras Stiles le devolvía la misma mirada descaradamente y rodando los ojos llevó una cucharada de puré de papa a su boca.

Su ceño estaba fruncido, aunque Scott no podía entender el porqué y sus labios parecían no tener la capacidad de estar al menos cinco segundos sin formar un puchero.

Y parecía que quería destruir aún más ese pobre pure.

-¿Qué te tiene de mal humor, hermano?-se burló Scott, al entender rápidamente lo que tenía su amigo y sonrió divertido.

El castaño mayor le miró mal y quiso golpear al moreno cuando este tomó a Liam con facilidad, dejándolo en su regazo con una sonrisa babosa. Scott se estaba burlando de él y Stiles se preguntaba a veces cómo es que ese idiota era su mejor amigo.

Liam claro que no se quejó, pero sí se sintió avergonzado (y un poco incómodo) bajo la mirada de aprehensión que le estaba dando el casi-hermano de su novio y él entendía aún menos qué le pasaba a Stiles.

-Sí, Stiles, ¿estás bien?-apoyó Liam, al tener verdadera curiosidad de porqué el otro castaño estaba actuando de esa forma tan inusual.

Stiles normalmente era como una bola de luz, siempre riendo y haciendo chistes, pero ahora, estaba mirándolos como si hubiesen cometido un crimen.

Clavó su tenedor con fuerza en lo que quedaba del inocente puré de papas y Liam alzó las cejas al ver uno de los dientes del tenedor casi rompiéndose.

El de pecas bajó su mirada a su plato y suspiró con lentitud, tratando de calmarse. O al menos de disimular un poco, aunque era un asco haciéndolo.

Había intentado, pero Derek no había respondido sus mensajes la noche anterior y además había subido una foto a Instagram junto a Jennifer Blake.

La chica estaba colgada de su cuello y aunque Derek tenía su cara de pocos amigos de siempre, sus manos sostenían la cintura de la chica y Jennifer sonreía como  si fuese la mejor noche de su vida.

Eso no le cayó muy bien a Stiles y tampoco ayudó a tener una buena noche de sueño. Hasta había soñado con Derek y la bruja de Blake riéndose de él.

Asique, no, no estaba bien; pero tampoco podía dejar que sus amigos lo supieran.

-Nada, sólo que no pude dormir bien anoche-dijo en voz baja, sin levantar sus ojos y Scott arqueó la ceja.

Stiles había estado extraño durante toda la mañana, estaba más pálido de lo usual y no había dicho muchas palabras desde que llegaron a la cafetería. Lo que era muy alarmante ahora que pensaba en ello.