III

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La primera ves que lo vi pensé... Dios ese hombres es un pecado o bien un chocolate para saborearlo. Pero él ya era de mi hermana y me sentí mal por desearle y ser tan descarada de no ocultarlo, yo sabía que ella no le quería, pero no era mi derecho abrirle los ojos. Cuando nuestras miradas se conectaban era como si literal volarán chispas. Cada noche me preguntaba si tal vez sólo tal vez él sentiria lo mismo por mi. Invadía mis sueños al punto de despertar desesperada y nesecitandole, una necesidad que mis manos no saciaban, yo quería las suyas tocando mis pechos, sus dedos entrando y saliendo de mi intimidad, pero nada comparado con lo que estoy segura haría su boca...
Ya han pasado seis meses desde que terminó con mi hermana, no nos vemos tan seguido y desde mi ventana contemplo cuando llega a comprobar que su embarazo este esté bien. En una de esas visitas me atreví a saludarle, confieso extrañaba sentir esa corriente que provoca nuestro contacto. Me invito a tomar un café y acepte sin pensarlo, no quería arrepentirme, eso ya sería luego.
Esa noche no soñé, no podía siquiera dormir, ansiosa llegará el día.
Estuve puntual en el parque donde nos citamos y al ver que llegaba en su moto casi di saltos de alegría, cuanto había fantaseado con sentir ese rugir del motor entre mis piernas mientras le abrazaba. En el café la plática fue interesante y neutral, llegada la tarde me invito a su departamento y como si fuera mi primera vez en esto, los nervios me estaban matando! Llegamos justo antes de un torrencial aguacero por lo que el momento era casi mágico... Me propuso ver una película y casi digo noo!! quiero algo más, pero acepté sin chistar -estoy fuera de práctica- pensé.
Durante la película que ni al nombre preste atención nuestros cuerpos se rozaban casi inocentemente y me dije que ya había aguantado bastante, salté sobre el y sí que salté, cayó de espalda en el sofá y sin piedad me adueñe de su boca y con una sonrisa pícara le dije -No tengo tanta fuerza de voluntad-, Y volví a besarle, decir que mis sueños se volvieron realidad es poco, sus manos jugaron con mi cuerpo a su antojo y sin dejar de basarnos nos llevó a la cama no se cuando termine desnuda con su cuerpo sobre el mío.
Le dejé marcar el ritmo dominando en todo momento, noté que le gustaban mis pechos por la especial atención que les brindaba, mordia y chupaba tan fuerte que abrumaba, cuando sentí que los abandono no tuve tiempo de quejarme, el sentir su legua en mi intimidad me dejo sin aliento, entraba y salía de mi con un ritmo enriquecedor, al igual que con mis pechos mordio y chupo a su antojo -Esto es el cielo-dije sin poder pensar con claridad.
Estaba apunto de alcanzar mi premio cuando se detuvo y juro casi tuve ganas de matarle, más pude replicar al sentir como de una estocada ruda y profunda me penetraba... Más... entre jadeos era lo único que podía decir y así lo hizo, aumendo la fuerza y acelerando el ritmo de sus embestidas. Nuestros cuerpos chocando, la cama golpeando la pared y nuestros gemidos no se comparaban a ningún sueño.
Grite su nombre y él, el mio al sentir como juntos alcanzabamos la gloria...
Ese dia comenzo nuestra historia prohibida. Nunca tendré las fuerzas o palabras para agradecerte por todas esas noches en las que cumplimos juntos nuestras más oscuras fantasías y pedirte perdón por haber alimentado lo que para ti era una realidad, pero para mi, sólo Un Deseo Carnal.

Bajo la Sombra de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora