VII

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-Déjame dormir!- me quejo apenas abriendo un ojo.
-No, ya es pasado medio día, levantate reina tenemos que irnos.- dice mientras se coloca los pantalones.
-Joder con tigo Manuel no te basta con tenerme en vela toda la maldita noche, estoy magullada, Me duele todo!- le casi gritó y me acuesto boca abajo.
-Si...reprochame ahora, anoche no te quejabas por que fuera brusco- le escucho reir mientras trepa por la cama y se coloca sobre mi. Desliza mi cabello y se abre paso a mi cuello, que desgraciado me conoce tan bien que save que esas caricias me amanzan.
-Mmm me encanta tenerte así, con esas nalgas a mi merced- susurra en mi oído, mientras sus manos deslizan las sábanas y van apretando los lugares justos, noto su erección crecer y no puedo evitar soltar un gemido al sentir su mano derecha acariciar mi pecho, trató de girarme pero con su peso me lo impide.
-No Reina en esa posición estas perfecta..
Deja de masajear mi pecho para brindarle el mismo cariño a mis nalgas. Con un gesto me pide que las levante un poco y soy muy obediente. Comienza a repartir besos y morder suavemente cada cachete mientras sus dedos buscan mi entrada, introduciendo uno, luego dos. Mis caderas comienzan a adquirir vida propia y me quejo cuando siento que deja de hacer su magia con la mano.
-Como te mojas de rico reina.- dice mientras coloca su pene en mi entrada. En que momento se quitó el pantalón y el boxer?. Se hunde en mi de forma rápida, comenzando así a follarme duro, siento sus bolas chocar con mi vagina y eso me excita más!. Con su mano derecha masajea mi clictori provocandome un orgasmo exquicito y llegando así al suyo propio. El save como volverme loca y llevarme rápido al cielo, conoce cada parte de mi cuerpo, que debe tocar o morder.
-Ahora si son Buenos Días, así si vale la pena despertarse.- me levanto para darme una ducha.
-Te acompañaría pero conociendote no saldríamos nunca de aquí.- me río por su ocurrencia y no le discuto lo contrario después de todo es su culpa que me guste tanto. Definitivamente El es mi loco favorito, creo que con otro no me atrevería a tantas locuras.

Bajo la Sombra de la NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora