Dios! La lengua de este hombre, es un demonio con vida propia...carajo, si sigue así, tendré mi orgasmo antes de lo que me imaginé, hasta ahora no era fanática del sexo oral, pero con el... fácilmente me volvería una adicta a voluntad.
~Dies minutos antes~
Cuando me propuso tener sexo, en el salón de profesores pensé, este Man está loco?. Pero luego de sopesar la idea lo considere excitante y en este instante, ufff de lo que me hubiera perdido. No hicimos nadamas cerrar la puerta que me besó dándome una prueba de lo bien amaestrada que tenia la lengua, me tomo de las caderas y me sentó en uno de los escritorios, abandonó mi boca y comenzó a repartir besos por mi cuello hasta llegar a mis pechos, creí que se detendría en ellos pero no, fue bajando y me sonrió mirándome a los ojos como pidiendo permiso para lo que tenía en mente, y claro que se lo concedi. Bajó mi tanga roja ( si soy una mujer a la que le gusta estar siempre lista), separó mis muslos afirmandolos a consciencia, sentí su cálida y húmeda lengua lamer mis pliegues mientras sus dedos se habrían camino en mi ya húmeda entrada, comenzó a chupar, lamer y en momentos raspar delicadamente con sus dientes mi clictori, al mismo ritmo que introduce sus dedos en mi. Muerdo mis labios tratando de no gemir tan alto, no puedo olvidar donde estoy aunque sea casi imposible.
Suelto un largo suspiro al alcanzar el clímax que casi se vuelve un chillido cuando senti como cambio sus dedos por su lengua, introduciendola, bebiendo saboreando su logro.
Aun estaba en las nuves cuando con un hábil movimiento quede de espalda a el, mis pechos aplastandose contra la madera, una de mis piernas apollada en el suelo y la otra levemente recogida sobre el escritorio. Vi sobre mis hombros como rasgaba el condón y me preparé para lo que venía. Lentamente se introdujo en mi hasta la empuñadura quedándose quieto y permitiendome acostumbrarme a su gran tamaño.-Estas bien?- susurro en mi oído, recibiendo de mi parte un movimiento con las caderas a modo de confirmación. Pude escuchar su gruñido antes de comenzar a embestirme suave y luego más rápido, fuerte, desesperado. Mis caderas como buenas guerreras salieron al encuentro de sus estocadas, volviendo imposible acallar nuestros gemidos-m-más-pedí con dificultad por lo errática de mi respiración, no tardó en complacerme, tomó mi cabello con la fuerza precisa para hacerme doblar la espalda quedando así mis nalgas más en punta. Sentí su mienbro más grande y las embestidas más rudas, tanto que el escritorio comenzó a rechinar contra el piso. Explote en un orgasmo incluso mejor que el primero y apreté mis paredes alrededor de su pene, sentí los espasmos de su cuerpo producto de su propia liberación, entre gruñidos y maldiciones realentiso sus movimientos alargando asi nuestro placer. De una manera lenta salió de mi, arancandome un suspiro con esa acción. Lo que creí era sólo sexo salvaje, casual, se volvió algo tierno puesto que luego de lo que hicimos me ayudó en silencio a colocarme las bragas, se paró frente a mi, beso mi frente y dijo-Me gustaría repetir.
No pude evitar decirle que por mi encantada. Ahora que le descubrí no dejaría ir esa lengua habilidosa.
Terminamos por salir del salón con la promesa de vernos luego para revivir recuerdos y crear nuevos.

ESTÁS LEYENDO
Bajo la Sombra de la Noche
RandomRelatos eróticos y travesuras de una noche que espero despierten tus sentido y si me lo permites llegar a tocar tu alma. Siente que cada palabra es una caricia que va dirigida a tus puntos de placer.