Puede o no ser ficción .

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¡Hola!

Querido lector, si has entrado aquí es posible que esperes una historia convencional, que se yo. Querrás un inicio un desarrollo y un final, pero, debo confesar que no hay nada de eso. Al igual que tu vida, no creo que solo tengas un inicio, un solo desarrollo y esperes un solo final. En tu vida, tiene muchos inicios y a partir de ahí tú decides lo que ha sido más y más relevante. Entonces, lo que aquí se muestra es eso; episodios al azar. Momentos. Sentimientos. Nada más. Dicho esto, ¡Bienvenido! 











Hoy me planto delante, delante de este portátil con un nudo en el pecho.

Es febrero. Hace calor y es porque dentro de este largo país me encuentro justo en la capital. Santiago. Una ciudad enorme, inalcanzable con los ojos y es tan grande que no termino de saber nada de ella. Soy una forastera en su propio hogar. Pero bueno ¿Qué es lo que me trae por aquí? Una melodía.

Una canción suave.

Rodeada de soñadores; cantantes, deportistas, sabios ¿Qué soy yo? No una suertuda, otros ya han emprendido el viaje para conocer el mundo. Yo me quedo aquí, con un computador abierto y las manos sobre las teclas.

Tengo un miedo, diferente a los otros, diferente a todo lo inocente de antes. Con mis diecisiete años puedo pensar claramente y me asusto de verdad.

Estas líneas son hoy el comienzo de una vida que no sabemos si saldrá bien.

Es febrero. Aquí en esta casa de familiares me he desconectado un poco de mi monótona realidad, he dejado atrás el campo, el pueblo y la misma gente de siempre. He visto películas desconocidas para la sociedad común que me rodea. Sí, son desconocidas porque me rehusó a seguir las modas de cada día. Soy algo así como una falsa rebelde.

No soy una rebelde completa, no deseo perderme en los vicios y destacar entre los miles de ojos que en la vida llegan a posarse sobre tu silueta. No quiero ser celebrada por mis pares. Deseo la conformidad de una soledad intermitente. Y de a poco deseo mejorar, sí, mejorar en los aburridos conocimientos que los más viejos imponen.

Bien. Eso es para comenzar.

¿Qué hay de mis gustos? ¿Qué hay de mis pasatiempos? Antes eran importantes, hoy son solo un recordatorio de que tal vez lo que planeo no se lleve a cabo.

Tengo miedo, mientras paseo mis dedos sobre el teclado el nudo de la garganta se posa en el estómago y tengo ganas de llorar. Dentro de algunas semanas mi último año de secundaria comienza y temo no poder cumplir lo que yo misma he preparado.

Tengo demandas.

Quiero cosas, quiero poder hacer cosas.

Tras haber descubierto que no soy buena en trabajos comunes, me pongo a mí misma la meta innegable de acceder a una carrera universitaria y por delante se pone el gran obstáculo de pasar una prueba detestable. Tengo miedo. No me creo capaz. Siento que los tres años pasados en clases de secundaria han sido una mentira.

Sí. Me deje vencer. Con una mente curiosa, lujuriosa desperdicie tiempo amando pieles que no debía. Cosas que todavía no sirven para nada y deje de lado lo importante ¿Qué hacer entonces? No estoy segura, aquel tiempo no volverá y me convierto en un ser mediocre que se cree algo diferente.

¡Ja! Me rio de mi misma.

Es febrero. Tengo una inquietud.

¿Dibujante? ¿Escritora? No hay ningún talento que logre apegarse por completo a mí. Desde pequeña he buscado aquello, ese talento innato que logre hacerme sentir mejor. Pero no. solo soy yo, una persona que sigue lo que han dictado.

Por suerte he vivido bien estos últimos dieciséis años. He viajado, visto, leído y hecho cosas que tal vez muchos no han imaginado siquiera. Por otro lado esta lo que no he podido hacer. Como muchos de mis ejemplos a seguir, no he podido destacar en nada, no he visitado otros países. No, no, no. hay muchas cosas a las que digo no pero ¿Qué más da? Esos "no" serán "sí" en el futuro y a decir verdad me gustan más los sí que he logrado.

Siempre viviendo una fantasía. Creando historias románticas entre hombres que espero hagan feliz a otros. Sí, hago eso, soy feliz ¿raro? En este punto de nuestro mundo nada es raro. Raro seria que no existieran cosas como estas. Pero bueno. ¿Qué tanto es lo que he venido a contar?

¿Por qué siempre cuando leímos una historia esperamos encontrarnos con una historia en concreto? ¿Por qué no simplemente leemos y sentimos la vida del personaje en cuestión como propia? Digo, solo limitarnos a sentir lo que él siente, a ver y decir lo que él hace y dice. Es simple. En vez de decir "ese libro es de un policía que mata a tal y hace esto luego" porque no decir, " ese libro me hizo sentir como si fuera un policía que mataba a tal y luego hizo esto y luego". Ya entienden ¿no?

Traten de imaginar. Tienen 17, sí, con números 17. No hay padres, hay tíos ancianos que se ocupan de ti. Tienes la suerte de no tener violencia en casa, dinero propio todos los meses, libros, un computador, pinturas y ganas de hacer cosas. Tienes una mente buena para maquinar cosas que luego puedes decir para parecer más inteligente. Vas a un colegio algo detestable, con buena gente, luego regresas a una casa de acogida donde puedes quedarte toda la noche sin dormir.

Tienes todo eso, te faltan algunas cosas pero da igual, eres feliz así..., pero ¿Qué harás después? Es el último año y si no lo haces bien ahora, el futuro será peor.

Bien, en este punto utilizo un problema mental. Te ofrezco dos posibilidades y descarto todas las otras opciones. Es así como los demás te dicen que es pero ¿Cómo es en realidad?

Dentro de algunas semanas lo sabré. Dentro de un par de meses las cosas saldrán a la luz cegadora de un sol que amenaza con quemar  la más pequeña cucaracha.

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Es posible que las lineas anteriores tengan errores ortográficos. Mis disculpas. 

Memorias de una inexpertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora