Memorias de una inexperta

El golpe de una rama.

Avanzó ciega por entre los árboles con los molestos rayos de sol pegando en su cara. Suspiró, dolor agudo en el pecho ¿Qué busca? ¿Qué huele entre la bruma de la tarde? No es que no lo sepa, sabe más de lo que cree y aún así sus ojos no logran ver nada.

¡Pam!

Una rama le pega de lleno en la cara. El ardor insoportable la asiste y sin querer se detiene para poder calmarlo con la calidez de su mano sudada. Ahora sin los molestos rayos de sol nublando su visión, puede ver su alrededor, pero, no es mucho la verdad. Solo árboles; viejos, nuevos, chicos y grandes que la confunden, porque cada camino es más parecido al anterior.

Con la respiración agitada vuelve la mirada hacia atrás, aunque ahora parece que no se ha movido en lo absoluto, sigue en el mismo lugar. Vuelve la vista otra vez y la misma sensación de que no se ha movido la paraliza, esto es molesto y ahora siente angustia. No sabe en donde está, no sabe tampoco hacia dónde iba ¿Qué es lo que buscaba en primer lugar?

Abrumada por la confusión se deja caer al suelo, sus muslos se raspan y ahora la incomodidad es su amiga. Las hormigas trepan por su pantorrilla y el picor comienza. Ella no se inmuta, ya da igual ¡Ojala que los animales la maten! Pero no.

Se levanta con decisión y comienza a correr de nuevo. Parece que recordó la verdad de su vida, el porqué de su respiración diaria y las razones que la impulsaban a seguir cada segundo ¿Lo hiciste ya tú o esperas perderte en un bosque y ser azotado por una rama?