2. Amistad - Soledad

12 1 0
                                    

Mientras era arrastrado por casi todo el pasadizo de la escuela, frente a todos los otros estudiantes, que parecían ya acostumbrados, pude distinguir dos figuras al final del pasillo. Una chica con el pelo amarrado con una cola de caballo y un chico alto y fornido. En el momento en el que los alcanzamos en la puerta de salida del edificio, ella se detuvo de imprevisto y yo casi caigo por las escaleras.

Mientras me arreglaba el uniforme pude escuchar como Ben hablaba con ella:

- Vaya Katie, no sé cómo lo haces pero siempre consigues convencerlo- le dice mientras se aleja- ...claro que a tu manera, jeje.

En el momento en el que pensaba decir algo en forma de queja, Elizabeth se acercó a mi y me dijo en voz baja para que los otros no escucharan:

- Lamento que te hayamos obligado, espero que no estés enojado.

- Tranquila - le respondí de manera calmada- no hay problema.

Decidí que era mejor no darles la contraria por ahora, quién sabe de lo que ellos eran capaces si yo no aceptaba. Sin embargo, a pesar de las intenciones discretas de Elizabeth, Ben nos escuchó y comenzó a hablar.

- !Que bueno¡- gritó, mientras me abrazaba con una mano- porque ya nos vamos!

Pero antes de que fuera nuevamente arrastrado fuera de la escuela, Elizabeth detuvo a Ben con su típica, y perfeccionada, voz de sentido común.

- Pero ¿a dónde vamos?- preguntó directamente.

Y mientras todos pensaba, la chica que había estado extrañamente callada hasta ahora habló:

- !¿Qué tal al cine?¡- gritó con una sonrisa, pero es rápidamente detenida por Ben antes de que pudiera salir corriendo fuera de la escuela en dirección al lugar en si.

- Pero ya fuimos el viernes, ¿recuerdas?, tú te paraste en medio de la película y empezaste a gritar acerca de "quién sabe qué". Ante eso, Katie se volteó y comenzó a silvar aleatoriamente, intentando cambiar la conversación de vuelta a su punto de origen.

Mientras todos hablaban sobre a donde ir, y mientras Katie seguía silbando ahora sólo por diversión, sentí como mis pensamientos eran interrumpidos por una voz algo distante dentro de mi ser:

-"Debe ser difícil, ¿verdad?" - Me dijo, mientras se apoyaba en algo y contemplàba lo que parecía una pluma qué agarraba con su mano derecha.

Como siempre, no lo podía ver, pero sentía sus movimientos, como si de un sueño se tratara.

-"Qué cosa"- Le respondí asegurándome de no haber hablado en el exterior.

-"Pues, !todo esto¡"-dijo casi gritando esta vez- "los juegos, las bromas, la indecisión, tú y yo sabemos que en verdad no quieres estar aquí" -me dijo mientras me apuntaba con la pluma- "¿¡Cuánto más piensas resistir esto!?" -

Aunque no quisiera, era verdad, estas cosas no iban conmigo. Yo simplemente quería irme de forma tranquila, hacer lo que necesitaba y nada más. Sin embargo, aún tenía que cumplir mi promesa con ese hombre: Intentar llevar una vida normal de estudiante, y eso incluía salidas como esta. Por lo que sólo le pude responder con un: "Ellos sólo se quieren divertir", a lo que él simplemente respondió dándose la vuelta y diciendo: "Eso veremos".

Sentí como alguien me tocaba el hombro por segunda vez en el día, me volteé para ver que era Ben, diciendo que al final iríamos al Mall.

-¡ Vamos chicos, se hace tarde¡ -nos gritaban las chicas desde la reja de salida del campus, y yo me preguntaba cómo habían llegado ahí tan rápido.

- Esto no me gusta -le dije de forma sincera a Ben, pero él se limito a levantar sus hombros y decirme: -Ya lo sé -

*

-¿¡Listos para gastar!? - gritó Katie exageradamente mientras levantaba su mano en puño.

Ven se limito a reir nerviosa mente mientras que Elizabeth empujaba a Katie dentro del Mall antes que algún guardia se viniera a quejar de sus gritos.

Había todo tipo de ofertas, descuentos, y promociones, y yo me preguntaba si eso era por la temporada o por la otra razón. Hace tiempo que me había dado cuenta de algunas cosas, como que las tiendas habrían menos seguido, que algunas tiendas y restaurantes en construcción se habían detenido, entre otros detalles. No sabía si ellos también se habían dado cuenta y simplemente trataban de ignorarlo, o sólo seguían sus vidas sin notar nada.

Pasamos por varias tiendas, de ropa, de zapatos, incluso de accesorios. Hasta que, dos horas después, salimos del edificio cargando cuatro bolsas cada uno, y por cada uno me refiero a Ben y yo. Obviamente la mayoría eran de la chica hiperactiva que en ese momento comía su helado; sin embargo, Elizabeth tampoco se quedaba atrás, no resistiendose a un par de zapatillas y a una blusa celeste, gasto lo que tenía y ahora caminaba pesadamente quejándose de que tenía hambre. Extrañamente, Ben, que se consideraba un conocedor de la moda, no había comprado nada, solamente sonriendo mientras veía como Katie le invitaba su helado a Elizabeth.

Reconociendo que era mi deber comenzar con la conversación, me puse a pensar en qué tema social sacar a la luz. Cerrando mis ojos por un momento, no me di cuenta en qué momento él había aparecido.

-"!Vaya, eso fue divertido!" -me dijo mientras estiraba sus brazos para relajarse-"...solo mira lo que te compre!" - gritó con una voz chillona, mostrandome una camisa de un color rojo fuerte con un sello gigante de un rostro sonriente de color amarillo.

-"¿No te gusta?..." - chilló mientras se acercaba más a mi, y con un visible tono de ironía, me mostró directamente la prenda diciendo-"...¡pero si se parece mucho a ti!" -

- Oye, esto es gracioso... -rápidamente abrí mis ojos y miré a quien me había hablado- ....todas estas pesadas bolsas, y nada es nuestro. - me dijo Ben con un tono cansado.

- Esa es nuestra culpa por no decidir -le dije, aunque por dentro pensaba "Aunque la verdad, aún así yo no hubiera comprado nada de todos modos". - Si es verdad, jeje... - rió mientras observaba la cantidad de cosas que las chicas habían comprado.

*

5:22 pm

Llegué de alguna forma a mi casa. Despues de que saliéramos del Mall, Katie intentó que todos fuéramos a una feria que había abierto recientemente y meternos en una temible montaña rusa, sin embargo, gracias a las palabras ( y diré que acciones, ya que también la tuvimos que arrastrar literalmente hacia el lado opuesto de la entrada de la feria) de Elizabeth, finalmente en la parada de autobús la pudimos "convencer" de no ir.

Abrí la puerta y, con una bolsa del Mall en mi mano, entré.

-¡Ya llegué! ... Eduard-

Another · MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora