Veías a los lejos, a un chico mirar inquisitivo las repisas del local, en busca de algo que tu de sobra sabías que no iba a encontrar. Mirabas como el desespero se comenzaba a acumular en su mirada, pero aún así, no decías nada, no querías hacerlo, algo en él te lo impedía, simplemente necesitabas apreciarlo, tus sentidos solo demandaban apreciar a la hermosa criatura que seguía ahí sin tomar nada, solo dando vueltas por la tienda atrayendo tu atención.
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Seguí vagando por la tienda, aunque tenía en mente que en este lugar no podría encontrar lo que necesitaba, solo sentí la necesidad de entrar a este local, era un sentimiento de melancolía, como si extrañara algo sin recordarlo lo cual comenzó a causar una desesperación tan arrebatadora en mi. Mientras caminaba por los pasillos, sentía la mirada del chico, ese chico el cual no me había apartado la vista desde que entre, quería ignorarlo pero era en vano, su mirar era tan fuerte que me hacía estremecer... ¡Quería mirarlo!, pero sería incómodo, ¡Necesitaba mirarlo!, pero no era apropiado. Sin saber que más hacer, decidí salir simplemente de la tienda, pero antes de alejarme demasiado, por fin tuve el valor y miré hacia dentro del local, en el cual se encontraba el chico mirándome fijamente sin expresión alguna, sentí una plenitud tan inconmensurable crecer en mi pecho, sus ojos denotaban familiaridad, pero era incapaz de reconocerla.
