Capítulo 5.

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La peor calumnia jamás inventada acerca de él, eso pensaba Yinm, estaba bien qué lo tuvieran de lacayo y le quitaran sus cosas, pero esto ya era demasiado, había perdido la única oportunidad de hacer un amigo y todo gracias a esos tres, ahora como podía verlo nuevamente para decirle que todo era mentira cuando le había gritado qué le daba asco?... todo era confuso, Yinm no lo soportaba más y echó a llorar, lo hizo durante todo el descanso y no fue a clases, se escondió en la azotea a llorar hasta qué sonó el timbre.

Él se dirigió al salón, tomó su maleta y salió rápidamente, siempre con la mirada hacia el suelo, no podía dejar qué nadie notara qué había estado llorando. Algunos estudiantes qué aún estaban dentro del salón murmuraban

- parece qué lloró, ¿qué le habrá pasado ésta vez?

-se ve patético y miserable- dijeron los tres chicos mientras reían como si disfrutaran verlo sufrir...

- ¿¡Fueron ustedes verdad!? -gritó la chica qué siemprese sentaba delante de él-.

-Ptfff, ¿nosotros? Debés estar loca, ¿qué podríamos hacerle? ¿Por qué no le preguntas al chico con cara de matón?, lo vimos con él a la hora del descanso-repusieron ellos-.

La chica, cuyo nombre era Fa Suyumi, salió del salón muy molesta y empezó a buscar a Yinm, aunque no lo pareciera, durante la primaria y los primeros años de secundaria, ella había sido la mejor y única amiga de Yinm, pero se habia distanciado debido a qué ella había empezado a salir con un chico de tercer y por culpa de él habían tenido problemas ellos dos así prefería evitar hablarle a ella durante las clases y el descanso porque preferia no meterla en problemas ya lo había hecho varias veces y en una ocasión éste lo había golpeado y prohibido acercarse a Suyumi por lo qué se quedó completamente solo, ella aún lo visitaba en su casa y estaba pendiente de él, pues sus padres trabajaban todo el día por esa razón Yinm mantenía solo a diario desde los ocho años; desde entonces se había vuelto tímido y distraído. Ella lo buscó por todo el colegio pero ya él se había ido.

-Éste chico, ¿realmente estará bien?- dijo ella dejando escapar un suspiro y se fue a casa-.

Yinm seguía llorando mientras volvía a casa, caminaba a paso lento y con la cabeza baja, realmente dolía qué lo hubieran acusado de ser homosexual, estaba seguro de qué no lo era. Así continúo caminando sin percatarse de por donde iba.

Al cabo de un rato llegó a donde tenía qué cruzar la cebra para pasar al otro lado y continuar hacia su casa, como iba distraído no se dio cuenta qué el semáforo cambió a verde y empezaron a pasar los autos, sin saber del peligro siguió caminando sin preocuparse de su alrededor, dio un par de pasos cuando escucho como alguien gritaba

-CUIDADO!!-

En ese instante levantó la mirada y vio como un enorme camión se acercaba a gran velocidad hacía él, de repente sintió qué alguien lo tomó del brazo y halo de el, esto lo hizo perder el equilibrio y trató de sostenerse de esa persona pero, debido a la rapidez de la acción ambos cayeron al suelo, Yinm se levantó rápidamente y quiso saber quién era su salvador, no era nada más y nada menos que Jimin!.

-l-lo lamento y gracias-. Dijo Yinm mientras inclinaba su rostro-

-¡¡¡¿Que crees que haces bastardo?!!!- grito Jimin- acaso quieres morir por ir caminando de esa forma?-

Yinm lo miró y empezaron a salir nuevamente sus lágrimas.

-¡¡lo lamento!!- gritó-

Jimin se sintió mal a verlo llorar y agregó

- Está bien, pero de ahora en adelante ten más cuidado, y lamento haberte dicho todas esas cosas en la hora del descanso, la verdad no te odio pues no tengo derecho a juzgar el hecho de qué seas homosexual ¿sabes?, nuevamente me disculpo por hacerte sentir mal.

- P-pero eso es mentira- susurró Yinm mientras levantaba la mirada

- solo dijeron eso para evitar que sea tu amigo, ellos disfrutan verme llorar en los descansos porque como no hay nadie a mi alrededor pueden hacerme cualquier cosa como golpearme o quitarme el dinero de las onces, además no soportan el hecho de qué alguien se me acerque pues eso podría dejarlos sin dinero extra para gastar en la cafetería.

-N-no lo sabía, lo lamento por hacer conclusiones a la ligera; entonces está bien ser tu amigo ¿verdad?

- ¿Q-qué? -Dijo Yinm- ¿aún quieres ser mi amigo?.

-Si, no veo nada de malo en eso además la maestra me dejó a tu cargo y necesitas un poco ayuda, además necesito ayuda con los trabajos, no logro entender nada- dijo Jimin mientras se rascaba la cabeza-

Yinm sonrió dulcemente y dijo: - entonces mañana empezamos a trabajar juntos después de clases, te espero allí, no faltes - agitó su mano y cruzó la calle con una sonrisa en los labios-.

Jimin se sintió feliz, no sabía el por qué, pero lo estaba, en realidad Yinm le producía un extraño sentimiento que no comprendía, verlo sonreír era mejor qué ver sus ojos empapados de lágrimas, así qué haría lo posible por no dejar qué nadie más lo molestara, pensó Jimin y emprendió camino a su casa.

Ese día había sido algo confuso, Jimin no asimilaba aún la escena donde Yinm casi era arrollado por ese auto, eso lo había asustado demasiado y realmente había sentido miedo de qué ese chico muriera, no lograba comprender como de manera deliberada lo había salvado sin pensarlo. Ese día sería el inicio de una serie de problemas para éstos dos chicos.

Las Hojas Del Almendro 『Yaoi』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora