-¡Maldición!-Exclamó Erik al notar que se hacía tarde para ir a la escuela.
Estaba saliendo de la ducha, se secó rápidamente; aunque en realidad no hizo un buen trabajo con su cabello. Tomó una camiseta de mangas largas que su hermano le había prestado, que también tenía integrada un cuello de tortuga.
El omega era obligado a usar todo tipo de prendas que cubrieran su piel, todo gracias a sus horribles rasguños, mordidas y cortadas que se manifestaban sin razón alguna. Ese día, Erik había caído en celo; hacía lo todo para verse lo menos llamativo posible, y en cuanto al olor, era tan fuerte que ni la loción de su padre lo cubriría, así que, decidió usar un poco de la de su hermano.
-¡Erik!-Era Jaden-¡Se hace tarde! No querrás llegar tarde en tu primer día ¿o sí?
-N-no...¡Ya voy!-Dijo Erik sintiéndose presionado; tomó rápidamente sus cosas y salió de su habitación.
Bajó las escaleras casi corriendo, y Jake (perro de Erik, de raza pomeranian, color avellana, una mancha oscura en el ojo izquierdo, y en el estómago y punta de la cola era blanco) corría detrás de él con la lengua de fuera. Entró a la cocina donde su madre ( De nombre Alice, quien le heredó sus hermosos ojos a su hijo menor, cabello castaño claro, beta, y ante todo, mantenía una actitud positiva ) y su hermano se encontraban.
-Hola, mamá; buenos días.
-Hola, hijo... ¿Dormiste bien?
-Algo... Supongo...
-Al fin te dignaste a salir de tu cueva; ¿no, hermanito?-Jaden revolvió su cabello con una sonrisa, y este, sólo lo miró como si fuera un completo extraño.
-Ya está su almuerzo.-Dijo su madre colocando la comida sobre la isla de la cocina.
-Gracias, mamá.-Jaden tomó su almuerzo y el de su hermano-¡Piensa rápido!-Se lo lanzó y el omega, sorprendido, lo atrapó intentando de que no cayera al suelo.
-¡Tengan cuidado y pórtense bien!-Se despidió de sus hijos mientras salían por la puerta de la casa.
-Sí, mamá; gracias.-Dijo Erik mirando por última vez hacia atrás.
El omega comenzó a alejarse de su casa a pie, cuando su hermano se acercó en su auto preguntándole si lo podía llevar, y como siempre, Erik se negó.
Faltaban pocas calles para llegar a su escuela, levantó la mirada al gran cielo que en ese momento estaba nublado, y fue cuando se dio cuenta de que llovería, así que apresuró el paso. Mientras más minutos transcurrían, más tarde se hacía para llegar a clases su primer día de su último año en preparatoria. Finalmente, entró a las instalaciones del edificio, donde Peter (alfa cabello castaño, ojos de un tono miel, bastante alto y un poco fornido) e Ethan (también alfa, casi rubio con un tono rojizo, ojos azules oscuros, y un poco más alto que Erik, pero no tanto como Peter) lo esperaban. Cuando lo lograron localizar con la vista, Ethan gritó el nombre del omega mientras agitaba una mano en el aire para llamar su atención; y tal como esperaban, lo hizo. Erik giró y se dirigió a ellos con una pequeña sonrisa.
-¡Viniste!-Exclamó Ethan-¡Qué sorpresa!
-Llegaste tarde-Reprochó Peter.
-Lo siento; me quedé dormido..-Se talló detrás de la cabeza.
-En ese caso...-Dijo el de ojos miel-Siempre te quedas dormido.
-¡No es verdad!-Respondió Erik-Que tu llegues extremadamente temprano no significa que yo llegue tarde...
-Vamos, Erik-Interrumpió Ethan-; sabes que es imposible tratar con Peter. No te enojes con el pobre.-Lo miró despistadamente con una sonrisa burlona, y este, sólo frunció el ceño.
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Making you mine
RomanceErik Pierce, un omega de diecisiete años, que no se siente para nada importante en el mundo y que sufre un tipo de enfermedad que no puede controlar. Día tras día completa su rutina diaria; va a la escuela, come, hace tarea... Todo lo que se supone...