Era ya de mañana, Erik despertó y se encontró a sí mismo cubierto por una cobija y con su cabeza sobre una almohada, cuando reaccionó, cayó en cuenta de que él era el único en el vehículo, se colocó sus gafas, asomó la vista por la ventana, y todo el mundo se encontraba en una pequeña tienda de abarrotes y tomando turnos para entrar al baño fuera de ésta, mientras el chofer se tomaba un descanso y llenando el tanque con gasolina.
Antes de levantarse de su asiento y salir de ahí para encontrarse con los demás, reparó en que a pesar del lugar en donde durmió, lo había hecho muy bien aquella noche. No recordaba ninguna clase de pesadillas; pero lo que sí lograba recordar, era una especie de calor abrazador que lo hizo sentir bastante bien, y en cierto modo, protegido.
Finalmente tomó su móvil, acomodó un poco su rebelde cabello, y salió del Bus esperando a que su vista se adaptara rápidamente a la luz exterior; Peter rápidamente se acercó a él y le recibió con una enorme sonrisa y rodeando su cuello con su brazo.
–¡Al fin despiertas! Ya me comenzaba a preocupar.
–¡Cierra la boca!–Respondió Ethan–No ha pasado ni una hora de cuando tu te levantaste.
–¡Eso no es cierto! Tu solo mientes
–Sí; sí es verdad.–Rió entre dientes.
Peter terminó por rodar los ojos y cruzándose de brazos.
–Chicos...–Habló Erik–No peleen por eso, en realidad no me interesa, lo que quiero en este momento es comer.
Peter volvió a pasar su brazo por detrás del omega para mantenerlo cerca de él mientras se dirigían hacia la pequeña tienda en donde volvieron a separarse, cada quien tomando sus propios caminos. Erik caminó hacia el pasillo de las galletas, donde también se encontraba Mack, aunque no lo notó. El alfa se dio rápidamente cuenta de que la pequeña estatura del de ojos grises le impedía tomar lo que quería del estante más alto; por lo que se acercó y tomó el paquete sin realizar ningún tipo de esfuerzo.
–Toma–Su voz era suave, y su rostro era adornado por una amigable sonrisa.
–Ehh... G-Gracias...–Sonrió al tomarlo.
–No hay de qué
Erik dio media vuelta para dirigirse a otro pasillo, y Mack fue tras él sin hacer ninguna clase de ruido.
–¿Qué comprarás?– Preguntó aún estando detrás del omega.
Erik dio un pequeño brinco; nunca e imaginó que lo estuvieran siguiendo. Mack se disculpó algo apenado y dio un paso hacia atrás dándole algo de espacio al chico.
–E-Está bien; no te preocupes... Compraré estas galletas...–Las levantó unos centímetros.
–¿Sólo eso?
–Y... una bebida de yoghurt...
–¿Qué sabor te gusta?
–No lo sé... pero ¿qué importa? ¿no? Sigue siendo yoghurt.
Resopló divertido–Tienes razón.
Erik sonrió, Mackenzie ya se encontraba a un lado de él, y giró su mirada al suelo. Llegaron al pasillo que tenían pensado; el omega se mantenía indeciso, pasando su vista de un lado a otro, Mackenzie lo miraba a través de la retina de su ojo, y cayó en cuenta de que no importaba la expresión que el chico estuviera haciendo, siempre se veía lindo; el alfa se encontró sonriendo, y para que Erik no lo viera, giró su rostro a la dirección opuesta de donde se encontraba. Cuando finalmente se decidió por qué sabor llevar, Peter apareció nuevamente, solo que esta vez para colocarse en medio de los otros dos.
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Making you mine
RomanceErik Pierce, un omega de diecisiete años, que no se siente para nada importante en el mundo y que sufre un tipo de enfermedad que no puede controlar. Día tras día completa su rutina diaria; va a la escuela, come, hace tarea... Todo lo que se supone...