Clave #9

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Aquel brillo que momentáneamente vi en sus ojos me hizo creer, me hizo sentir esperanza porque ella pudiera recordar nuestro mundo alguna vez, recordarme a mí, al invierno, a lo que ambos éramos. Si observaron o sintieron un cambio en el clima, especialmente fríos más fuertes o el invierno llegando tarde, fue a causa de que _____ se volvió humana. No era fácil manejar una estación tu solo, pero no era lo peor, no todos los días se perdía a un espíritu de la naturaleza sin consecuencias.

- El día de tu centenario nos tuviste preocupados a todos. Estuvimos buscándote por semanas, casi un mes en el que desapareciste durante el inicio del invierno. En ese momento estaba molesto porque me dejaste todo el trabajo a mí, pero en el fondo, estaba muerto de preocupación -continué y esperé ver alguna respuesta en el rostro de _____, pero no hubo nada.

- Desapareciste porque no podías aceptar el hecho de que habían pasado ya 100 años desde que perdiste tu vida, desde que dejaste de existir en el mundo, desde que tus memorias desaparecieron, me—

Me detuve.

Mi corazón comenzó a latir más fuerte, el nudo en mi garganta sintiéndose pesado.

En los bordes de los ojos de _____, pequeñas lágrimas habían comenzado a formarse. Quizá no me escuchaba, pero sentía lo que yo le decía, aún debíamos de tener algún tipo de conexión.

- Me tenías a mí -le dije, y casi levanté la mano para acariciarle la mejilla-. Debo confesarte que me dolió que no confiaras en mí. Hemos pasado por casi lo mismo y La Luna sabe que nos hizo...compañeros por algo. La nieve es tan parte de mí -susurré-, como lo es de ti, y eso nunca va a cambiar.

La nieve comenzó a caer con más intensidad, las personas que se encontraban afuera rápidamente recogieron sus cosas y se refugiaron adentro, pero _____ se quedó en su lugar, la única reacción por su parte fue agrandar sus ojos y acurrucarse más en su abrigo.

- Nieve... -murmuró, vahó saliendo de su boca.

Levanté la vista al instante de mis pies a ella. Mi corazón parecía querer salirse de su lugar.

- Sí, ____, nieve -le respondí, aunque ella no me miraba-. Snowie, sé que lo sientes, por favor, recuérdanos.

Aquel brillo volvió a aparecer en sus ojos, pero esta vez pareció durar más, un color celeste expandiéndose por su iris, sus pupilas dilatándose. De repente, ______ dejó de temblar, la nieve pareció aumentar de velocidad, no sabía si era a causa mía, o, La Luna quiera, de ella. El brillo de sus ojos pareció aumentar, la vi soltar un suspiro y tragar saliva, como si estuviera a punto de decir algo.

Volteó hacia donde yo estaba sentado.

- ¡Jack!

Pero no me miraba a mí, sino detrás. Me volteé y vi como aquel pelinegro que tenía el mismo nombre que yo se nos acercó y frunció el ceño. ______ se paró al instante.

- ¿Qué haces aquí afuera? ¿Estás loca? ¡Estábamos preocupados por ti! -exclamó y se terminó de acercar a ______, ayudándole a ponerse encima la casaca polar que le había traído-. Te dará un resfriado, ven, vamos adentro.

______ asintió.

- Me quedé...pensando. Lo siento, Jack. No quería angustiarlos.

El aludido negó con la cabeza y la abrazó, comenzando a caminar de vuelta a la escuela.

- Lo bueno es que estás bien. Las tormentas de nieve puedes ser muy peligrosas.

Los vi desaparecer tras las puertas, quería seguirlos, pero ______ no necesitaba más frío cerca de ella en esos momentos.

La tormenta poco a poco se detuvo, no habiendo durando ni media hora.

Amor Congelado IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora