Estúpido y mal parido Edward, Harry, !me importa una mierda su nombre!
Él sabia bien como sacarme de mis casillas.
Su mirada estaba fija en mi. El verde de sus ojos era penetrante. El brillo que expedían cegaba a cualquiera.
Mi labio temblaba de coraje , o quizá de nervios , podía sentir su mirada recorrerme. Perdí el control al ver como se relamia los labios al detenerse en la bragueta de mi pantalón.
-Se que te gusto marica.- Dije remarcando la ultima palabra.- Pero quiero mi puta orden , después puedes verme el culo o imaginar mi pene.- Wow yo mismo me sorprendía de lo que había dicho.
-Como usted diga "señor".- ¿Que insinuaba?
Di un fuerte manotazo sobre la delgada barra que separaba la pequeña cocineta de las mesas sobresaltando a algunos cuantos que se disponían a tomar un buen café en tranquilidad, me di la vuelta.
Vote un par de billetes sobre su cara y arroje mi pedido quemándole una parte de su pecho.
Sonrió demostrandome sus dientes blancos y una gran mueca de satisfacción en su rostro. Había logrado lo que quería. Si que lo hizo.
No me le lancé a los golpes porque sentí su dulce tacto sobre mi cintura sosteniendo con solo la fuera necesaria, logró relajarme. Soph tenia su mano sobre mi vientre y su mejilla recargada en mi hombro.
Mi cuerpo se relajo al sentirla cerca.
Caminamos varias cuadras sin decir palabra alguna y es que ¿Cómo le iba a explicar lo ocurrido? mi ataque de ira , lo que el ruloso provocaba en mi. Volteaba a verme con la mirada baja , se limitaba a sonreír de vez en cuando.
-Em Lou.- se detuvo.- ¿Esta noche todo como habíamos acordado?
¡Maldita sea! Hoy era esa noche. La noche que ella había esperado tanto, el comienzo de un comienzo. Quizá no tenga sentido lo que digo pero así es. Ya no seriamos los simples novios ya seríamos los "prometidos" esos que jurarían pasar su vida a lado del otro frente al altar.
-Y porque cambiariamos el plan pequeña.- Dije mientras una de mis manos se encargaba de rosar su mejilla. Sus ojos tenían chispa , y su rostro emanaba felicidad.
Seguimos igual , sin sonido , sin palabra , podíamos escuchar nuestras respiraciones y de vez en cuando intercambiábamos miradas acompañadas de leves sonrisas. Estábamos felices.
Su casa está a unas cuantas de la mía. Quizá se preguntan como surgió esta relación pues bueno, somos amigos desde el jardín de niños. Los mejores me atrevería decir.
Prácticamente he pasado los 21 años de mi vida a su lado, y terminaría la misma a su lado.
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8:00pm traigo puesto un smokin con un ridículo moñito negro.Frank y mi madre están en el salón con algunas copas de vodka ya encima
