Capítulo 04. El Muro Infranqueable.

107 3 1
                                    


- ¿Es el poder el que hace al hombre, oh es el hombre el que hace al poder? – Se escuchaba en una habitación oscura, otra reunión de la hermandad. – ¿Es una pregunta complicada no lo creen? Y sería muy difícil de contestar, pues las opiniones se dividirían, aún entre nosotros. No seríamos capaces de ponernos de acuerdo. – Como era costumbre, William vagaba por la oficina, charlando con aquellos tras los monitores. – Pero lo único cierto, es que el poder es lo único que importa en una batalla, y ahora con la entusiasta cooperación de nuestro hermano Mikoto, tenemos la ventaja. – En los monitores, un archivo les llego a todos los maestros de la facción negra. – Estos son nuestros enemigos. Los magos que ven, son los que se interponen, entre nosotros y el mundo perfecto. – El silencio se mantenía. – Procuren estudiarlos con cuidado. Subestimarlos, como lo demostró nuestro hermano, puedo hacer que nos marchemos victoriosos, o derrotados como un perro con la cola entre las patas. – Hubo una leve risa de todos, menos de uno. –

-Tengan por seguro, que la próxima vez que enfrente a los amos del rojo, los venceré y la facción negra ganará. – Dijo Mikoto desde uno de los monitores. – Y cuando eso suceda, no olvidaré esta pequeña conversación. –

-Sería mejor que no te comportes tan presumido Mikoto. – Dijo una tercera persona. – Ahora ya no te vez tan rudo. Solo haces el ridículo. –

-Cualquiera de ustedes se habría retirado, si se enfrentaban a más de un Servant a la vez. – Dijo Mikoto a todos. – El destino pronto los pondrá en una situación así, como una liebre rodeada por lobos. Y cuando eso ocurra, no dudare en abandonarlos. –

- ¿Cualquiera dices? – Dijo aquel que había hablado de Mikoto. – Me parece que nos subestimas demasiado. ¿Estás dispuesto a probar que esa teoría es cierta? –

-Por favor hermanos tranquilícense. – Dijo William intentando bajar los ánimos entre ambos amos. – No quisiera repetir la misma charla que tuve con Mikoto, con otro amo. –

-No habrá necesidad de eso William. – Replicó el tercer amo. – Mikoto ha dicho que cualquiera de nosotros escaparía si se enfrentara a varios amos del rojo a la vez. – Hablo con un tono dulce pero desafiante. – Y estoy dispuesto a apostar dos de mis hechizos de comando, a que puedo ir y enfrentar a los maestros del rojo, vencer a uno de sus servants y aun así regresar con vida. Solo para probar que se equivoca. A menos claro que tenga miedo. – El silencio una vez más invadió la sala. –

-Acepto la apuesta. – Respondió Mikoto. – Si vuelves luego de enfrentarlos con al menos un Servant de los rojos muerto, te entregare mis hechizos. – Se detuvo un momento y prosiguió. – Pero si escapas, tus hechizos serán míos. – Luego de un breve momento con tensión entre ambos maestros, el silencio se rompe. –

-Que así sea. – Dijo William a todos. – Han dado su palabra y ya no pueden retractarse. Ya que es algo que nuestro hermano decidió, nadie irá a apoyarlo si se presenta una situación crítica. – Dijo advirtiendo a todos. – Pero si te descubren igual que a Mikoto, tu y yo tendremos una charla. –

-Tendremos esa charla. – Replicó el tercer amo. – Pero solo será para tomar una taza de té, mientras degustas uno de mis postres. –

 –

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Fate/ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora