Vindicta: Victoria En El Mal

Un guiño al pasado.

Todo había cambiado.

Nada era igual o quizá yo no lo quería ver. 

Mi pasado, mi presente y futuro.

¿Dónde estoy? ¿A donde voy?

Nadie me respondía a esas preguntas y ni yo misma sabía cómo preguntarlas.

Mi cabeza parecía vivir dentro de una botella. Solo le llegaban murmullos del mundo exterior sin apenas comprender los que sucedía a mi alrededor. 

Cómo pude pensar que era libre de mi destino, cómo pude confiar en aquella persona que tanto daño me hizo, cómo me puede seguir afectando todavía.

Era tan feliz antes, cuando llegaba todas las tardes a mi casa pensando en lo que comería ese día, que nuevo capítulo vería de mi sería favorita.

Ahora todo eso era un recuerdo.

Todavía recuerdo las palabras de mi tío diciéndome: 

No me hagas caso pero no me fío.

Y yo no le hice caso.

Y luego ellos llegaron, parecían un espejismo, una ilusión rota, un cuento envenenado esperando a por su narrador. 

Y yo era ese narrador.