Capítulo 6: Beso Imprevisto.

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Toco la puerta del apartamento de Luke y espero a que me abran. Desde afuera puedo escuchar un tipo de pelea. No me toma mucho tiempo reconocer las voces y al instante puedo tener una idea de lo que se trata. Haciéndome esperar menos de lo que pensé un Luke sudoroso me abre la puerta. Con un poco de desespero me dice que pase y después comienza a ir de un lado hacia otro como si buscara algo. Me encamino al sillón y miro divertido como llama a Cassandra. Ya sé con esa actitud lo que sucede, la pequeña ha vuelto a ser escurridiza y ha comenzado a jugar de nuevo con la paciencia de Luke. Tomo eso como mi entretenimiento y quitándome mi saco para que no se estruje lo coloco a mi lado libre en el sillón. Me pongo más cómodo y miro como Luke sigue en su búsqueda. Cuando momentáneamente se detiene y pasa sus manos por su marrón cabellera es que noto que lo que yo pensaba que era un esqueleto es una completa falsa. El hombre tiene más músculos de los que esconde con sus trajes holgados en el trabajo. Pero esa es una sorpresa que se va de lado, en el momento en el que se vira y abre unas gavetas debajo del televisor. Tengo tantas peguntas y todas son sobre el hombre friki del control. ¿Desde cuándo tiene trasero? ¿Habré tenido infección en los ojos y es ahora cuando lo noto? ¿Se habrá operado? Vale la divagación es mi talento. La respuesta a mis preguntas es sencilla. La vainilla tiene chispas de chocolate y nadie lo vio venir. Excepto por Rachel, esa mujer sí que se guarda las buenas cosas.
-Cas, sal de donde sea que estés. Ya es lo bastante tarde y debes dormir tus ocho horas. – Luke me saca de mis pensamientos y pareciendo que la frustración va en aumento se va por el pasillo que dirige a las habitaciones.
Pobre hombre, le dará un infarto con la hija que tiene y más por Rachel que prácticamente es el modelo para seguir de la niña. Miro mi reloj en la muñeca y verifico la hora. Mientras la pequeña manecilla se mueve sin interrupciones, la curiosidad de que es lo que tiene planificado Rachel vuelve. La nueva regla de ella sobre hacer que la gente deje de subestimarla admito que causa una pequeña molestia de miedo. Para joder con mi inquietud el que la fastidiara todos los días desde que ya no tengo a Adara, ha sido su derivación para que yo sea el primero en recibir su nuevo cambio. Y con la cara que dijo que le pagaría cada una de las que le hice con todo y creses, no da buena espina. Cuando estoy por buscar mi teléfono en el saco, Cassandra sale del mismo pasillo por el que se ha ido su padre. Con pasos rápidos, pero sigilosos, sudada y despeinada. Tal y como si hubiera corrido un maratón. Seguro lleva jodiendo con la existencia de Luke, hace un buen rato. Se detiene abruptamente al notar mi presencia y con seriedad coloca uno de sus pequeños dedos sobre sus labios en señal de que guarde silencio. Asiento dispuesto a ayudar en su maldad y complacida sonríe, al escuchar los pasos de su padre corre y se esconde detrás del otro sillón. Dejándome completamente sorprendido ya que el espacio que deja la pared no es mucho como para su cuerpo quepa completo. Pero es como si ella hubiera desaparecido. Me levanto solo un poco y es cuando Luke aparece.
- ¿James has visto a Cas pasar por aquí?
- No, lo siento amigo. – Digo con la convicción de un actor y sonrió internamente.
- Ella me quiere volver loco, y ahora tendré que bañarme por segunda vez. – Mueve su cabeza hacia un lado y olfatea levemente su antebrazo, terminando por tener una facción de desagrado. – Oh. – Con desesperación se quita su camisilla y se vuelve a ir por el pasillo por el que había venido. Aparece más rápido de lo que espero y trae consigo una pequeña toalla.
- Y... ¿Vas al gimnasio Luke?
- ¿Qué? No, yo prefiero el yoga. Es un buen método de relajación y expulsador de estrés. – Se seca el sudor con la pequeña toalla, ignorante de mi escrutinio.
- ¿Desde cuándo lo tomas?
- Desde el primer día que conocí a Rachel. Pero no se lo digas. – Asiento e intento no reír con el hecho de que Rachel matará a este hombre con su manera loca, desordenado e infantil de ser. – ¿Por qué la pregunta?
- Oh por nada, simple curiosidad. – Me encojo de hombros y me repito que tal vez sea interesante ir a yoga.

La puerta es abierta abruptamente y con tanta fuerza que choca con la pared. Me pongo en pie con rapidez y me coloco al lado de Luke para ver quién es. Al frente nuestro, la hobbit rubia se encuentra convertida en una enana versión de esas modelos de Victoria's Secret. Despampanante se queda corto y el orgullo me hace desear bailar, pero logro contenerlo. Y las palabras "Esa es mi amiga, esas es mi amiga" se repiten como la lírica compuesta para mi baile de orgullo. Miro hacia al lado y mi orgullo de amigo es reemplazado por vergüenza de amigo. Luke está a solo varios segundos por hacernos nadar por su baba. Le doy un leve codazo intentando no ser tan perceptible en el proceso y devolviéndolo a la tierra.

Simplemente Tú (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora