No creo exista persona que no se ponga a filosofar en el mismo instante en que abre los ojos. Es una acción que hacemos sin pensar, lo primero que llega a nuestra mente es, ¿Me levanto de esta cama o sigo en ella? ¿Cómo vegetales por mi salud o simplemente tiro a la borda las calorías y como lo que me plazca? ¿Comer saludable para solamente vivir un par de años más? ¿Para qué, si al final todos moriremos? Esas últimas reflexiones, son por las que me debato ahora mismo. ¿La ensalada de frutas o las dos rebanadas de pizza? Oh a la mierda todo, mejor hago un balance. Me como las dos y listo.
Mi teléfono suena y al ver el nombre de quien es, dejo que la llamada se pierda. Tomo una de las rebanadas de pizza y doy mi primer mordisco, suspiro con felicidad y miro a mí alrededor. Ya me he ido acostumbrando a comer solo, es un momento que me sirve para reflexionar, a veces hasta más de lo que debería. Me gusta mirar a los rostros de las personas e intentar saber lo que piensan. Mi teléfono vuelve a hacer el reconocido sonido de una llamada entrante y al ver el nombre, esta vez es Rachel en vez de Adara, también es una llamada que dejo pasar. Sigo comiendo y miro hacia una mesa, una madre con dos niños. El aspecto de ella es desaliñado y mientras habla con una camarera, de los bolsillos saca muchas monedas y unos que otros dólares. La camarera parece decirle algo mientras recoge el dinero que la mujer le ofrece y esta sonríe con lo que creo que es agradecimiento. Mientras termino de comerme el pedazo de pizza sigo filosofando sin quitarle la mirada a la madre con los dos niños. El conjunto de preguntas llena mi cabeza y el apetito se va tan fugas como vino. Me pongo en pie y me aproximo a la barra de la cafetería. Me hago espacio entre dos personas.
- ¿James cariño que puedo hacer por ti? – Me pregunta Rocy la camarera que siempre me atiende.
- ¿Podrías ponerme esto para llevar? – Ella asiente recibiendo los platos que le brindo. Se da la vuelta y entra a la cocina, mismo momento que sale la camarera que estaba atendiendo a la mujer y los niños. – Permiso, ¿Podría hacerle una pregunta? - Ella se detiene y me mira expectante. Le doy una inspección antes de hablar, es mayor como la mayoría de las mujeres que trabajan aquí. – La mujer con los dos niños. ¿Pudieron pagar su orden? – No es mi pasatiempo ser un metiche, pero algo no me deja contenerme en preguntar.
- La verdad lo que me dio, no da para nada. Pero mi jefe me ha dejado darle un emparedado.
- ¿Un emparedado? – Intento no sonar brusco, pero es más que obvio que eso no dará para los tres. Negando en desacuerdo saco mi billetera y de esta extraigo mi tarjeta de crédito. – Dele lo que sea que pidan y póngalo en mi tarjeta. También devuélvale lo que le haya dado de dinero. – Ella luciendo sorprendida acepta mi tarjeta y vuelve a irse dentro de la cocina.
- ¿Va por el mundo ayudando a los desafortunados? - Miro a mi lado izquierdo y miro al hombre que me ha hablado.
- Fiscal Morgan. – La sonrisa que se esconde mientras toma de su tasa de café y la diversión en su mirada me hacen volver momentáneamente a la última vez que nos vimos.Suelto un respingón y cierro los ojos momentáneamente cuando siento la pesadez en mi miembro. Dejo mi cabeza caer hacia atrás y muevo mis caderas inconscientemente. Un murmuró de parte de la boca que trabaja en mí, me hace sentir corrientes en todo mi sistema llevándome prácticamente directo al borde.
- Demonios. – aproximó mi cerveza hacia mis labios y el frío de la botella es refrescante, pero más lo es la sensación que me llena cuando la espumosidad del líquido entra en la cavidad de mi boca y sigue su camino por mi garganta.Intentó prolongar más la excitación así que tomó varios respiros y hago de mi mano libre un puño. Verdaderamente lo intento, pero un fuerte apretón de la cavidad bocal de mi acompañante y es un esfuerzo insoportable aguantarlo por tiempo más. Conocedor de que mi orgasmo está por surgir, Morgan se separa de mi miembro y sin espera sus manos toman la posición en la que estaba su boca. Los músculos de mi abdomen se contraen y arrugo mi entre ceja.
- Maldición, maldición. Mal...- Mis palabras se acortan cuando ya no encuentro la voz para hablar. Una corriente pasa por mi médula espinal y después puedo sentirla por mi miembro.
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Simplemente Tú (2)
Roman d'amourSinopsis: Simplemente Tú Amor, palabra de muchos significados. Para algunos es solo una burla sin sentido, para otros significa un mundo, una vida... adicción, obsesión y hasta la muerte. El amor puede ser hermoso, pasivo, alucinantemente, asombroso...