Una noche juntos

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Advertencia. Contenido +16 (?) explicación de escenas detalladas, leer con discreción(???)

***

¿Que se haría cuando la situación no está a favor nuestro? Explotar sería la última cosa que se debe hacer, puesto que los daños colaterales serían inmensos, sin embargo... para Taiga en su situación, nada de lo que hiciera evitaría que el moreno se despertara y viera aquello que los hombres no pueden esconder fácilmente una vez en su punto maximo de altura... ¿Como fue que terminó así? Quizá debió tomar su sueño como premonitorio y evitar a toda costa relacionarse con él. Pero la voz de su consciencia le preguntaba: ¿Podrías?

•••

Con el corazón casi en la garganta, trataba de moverse, el peso ya era un obstáculo, pero cada que el moreno suspiraba o se removía, entraba en pánico, pero por encima de su nerviosismo, estaba el constante contacto entre su dureza y el cuerpo ajeno — Maldición... ¿Por qué? — entre más intentaba zafarse, más se sentía incapaz de salir de esa situación, usaba sus brazos para empujar sin conseguir gran resultado, su dureza empeoraba y al contacto entre cuerpos le quitaba fuerza a sus piernas... aún si lograra quitar al moreno de encima ya no tenía garantía alguna de poder levantarse... aseguraba que sus rodillas no iban a poder con su propio peso. Pero a su perspectiva, pensó que ya nada podría empeorar la situación, que error.

De la nada, un extraño sonido ajeno a su conocimiento empezó a sonar, era un tono insistente, una llamada quizá, la música que sonaba se hacía más y más fuerte, eventualmente, los signos de que el contrario estaba despertado comenzaron a hacerse presentes... — ¿Quién...? — murmuró, se levantó lento, se sentó a un lado del pelirrojo y rebuscó su teléfono en sus bolsillos, al sacarlo, contestó para escuchar una voz chillona que le parecía estar regañándolo. Taiga solo escuchaba silenciosamente su conversación, creía que si se quedaba quieto no lo vería, aunque lentamente se fue girando hacia el lado opuesto del moreno, aún tenía que esconder su pequeño problema... pero cuando escuchó al contrario alzar la voz dio un respingo bastar particular, el cual, provocó que aquel hombre dejara el teléfono y se centrara en él — ¿Por qué estás en mi cama? — preguntó observando detenidamente sus movimientos torpes. El impacto que tuvo por la llamada le hizo olvidar temporalmente lo que sucedió apenas un rato atrás... pero su mente jamás le había fallado y poco a poco recordó lo qué pasó. También recordaba haber sentido algo duro contra su pelvis, por la posición en que la sentía dudaba que fuera el móvil del pelirrojo, analizó la situación y una sonrisa se dibujó en su rostro.

— Pasaron cosas y de alguna forma quede debajo de ti ... pero sabes ... solo fue un accidente — el pelirrojo se sentó, le era difícil moverse sin presionar o friccionar su dureza, era difícil moverse, pero debía salir, de mínimo llegar al baño para usar agua fría. Escuchó un "Mmh" proveniente del moreno y algo de ruido sobre la cama. Pero su meta era tratar de levantarse... en otras palabras huir de la realidad... cosa que fue completamente inútil. De nuevo, sin saber cómo rayos paso, se encontraba en una nueva posición con él, sentía su pecho contra su espalda, una de sus manos en su pecho siendo osado al entrar por debajo de su playera... una mano que hurgaba su bulto y un rostro que se posaba en su hombro dejándole sentir en su oreja su respiración — Te ayudaré — dijo, ¿lo dijo? Taiga ni podía creerlo, debería odiar al hombre, rechazarlo, resistirse... hacer que se detuviera... pero en cambio, dejaba que manoseara su pecho, lamiera su oreja y sacara de su pantalón su amigo necesitado de atención inmediata — Oh... parece que explotará en cualquier instante — escuchar eso le hizo ruborizarse fuertemente, el calor dominó su cuerpo y nubló parte de sus sentidos, los gemidos comenzaron a salir cuando los dedos largos del contrario comenzaron un contacto muy directo y torturante para el pelirrojo. La fuerza le abandonó por completo, se recargó completamente en el hombro ajeno, inhaló su colonia, no fuerte ni tan débil... era demasiado perfecta...

Tóxica AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora