Cero

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Él está dentro de mí, y yo estoy sobre él.

Quizá la posición en la que nos gusta tener sexo (o la única a la que nos podemos adaptar en este sillón arrinconado a la esquina de esta mediana oficina) es la mejor metáfora de nuestra relación.

No cabe duda de que me ama y de que yo lo amo a él.

Me muevo sobre él entre gemidos, ya no tengo inhibiciones en moverme rápidamente sobre él. Sé cómo dominarlo. O eso creo, al menos sé que es él quien me busca primero con la mirada a través de la oficina. Pero sé que al mismo tiempo soy yo quien pretende no estar al día con sus tareas para esperar su llamada a altas horas de la noche. Una vez el piso del departamento de finanzas ha quedado completamente vacío.

Me acerco a su oficina y levanta mi falda como si se tratara de una rutina; entre besos, desesperados y apasionados besos.

El presiona mi trasero y gruñe, profundiza las estocadas. No deja de besarme, de besarme el cuello, tomar mis senos.

Hacerme suya, porque sí, soy completamente suya.

Pero él no es completamente mío.

Siento como he llegado a donde todo el día me ha querido ver llegar. Una vez más lo logra y puedo notar como dentro de este orgasmo su sonrisa satisfecha se asoma para volver a besarme y no mucho después, lograrlo él también.

Me besa una vez más mientras el ritmo de nuestros cuerpos se empieza a apaciguar. Lo abrazo mientras escondo mi rostro entre su cuello, no quiero soltarlo nunca.

Sus manos recorren mi desnuda espalda y me mueve para que lo mire una última vez, sí, una última vez.

A partir del próximo lunes, ya no puedo utilizar falda.

Toma mi rostro entre sus manos y me besa, con dulzura y delicadeza. Sé que no me quiere lastimar pero al mismo tiempo quiere llevarse todo lo que pueda de mi, hoy. Solo nos queda hoy.

-Te amo, muchísimo.-Dice con su voz ronca, mientras cierra sus ojos y presiona su frente contra la mía sin soltar mi rostro todavía.

-Te amo, muchísimo más.-Mi voz es apenas audible, estoy cansada y sobre todo triste de que debamos terminar lo que entre la penumbra hemos construido.

Él no lo niega, en definitiva, yo lo amo muchísimo más de lo que él me ama a mí. Pero nos amamos y eso debería ser suficiente. Sin embargo no lo es y yo debo levantarme, bajar mi falda y abrochar mi camisa.

Debo arreglar mi cabello mientras él re acomoda su corbata.

Y debo irme sin mirar atrás, porque si llego a verlo a los ojos una vez más, probablemente traiga falda el lunes y tenga que seguir sometiéndome a siempre amarlo más, más que él a mí y quizás no lo suficiente a cómo él ama a Seolhyun, su próxima a esposa.

Y mi mejor amiga.

Thief | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora