XIV

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La espera me agotó
No se nada de vos
Dejaste tanto en mí
En llamas me acosté
Y en un lento degradé
Supe que te perdí

***

—¡Ya basta Seolhyun! No lo soporto más.

Jinyoung esquivaba una prenda de ropa, mientras escuchaba el llanto de su esposa.

Parecía que los gritos y el llanto eran ya parte de su rutina.

—Entonces vete de una vez y déjame si tanto te molesta verme así ¡Anda búscala a ella!

Una vez más, ella, desde la luna de miel traerla a coalición era como traer una bomba nuclear.

Era el punto más débil para el señor Park hijo, y la ya no tan nueva señora Park lo sabía.

Sabía que él no la amaba, que el recuerdo de quien una vez fue su mejor amiga aún le carcomía vivo y que cada vez que la tocaba era la sencilla necesidad humana hablando, nada más.

Sabía que él no la odiaba, y que de alguna forma el engaño que mantuvo por tanto tiempo lo estaba quemando en arrepentimiento.

Pero al final ella también sabía, que el más lastimado de los tres, era el hombre que miraba llegar noche tras noche a compartir una cama donde les separaba mucho más que las sábanas. Un hombre que se había sumido en el trabajo y había empezado a fumar cigarrillo.

Uno, junto a un café cada noche antes de dormir.

Era un excelente actor, no quedaba duda de eso, quien mejor que ella para reconocerlo, si por mucho tiempo pensó que este hombre estaba  enamorado de ella. Frente a todos eran la pareja ideal, en las mejores revistas de sociedad siempre eran aclamados por su impecable y potente presencia.

El episodio de la boda, quedó borrado de todos los asistentes desde el momento en el que se repartió champagne. Menos de la pareja, claro está.

Era ese momento el quiebre más latente en la voluntad de la novia. Ese día supo que cualquier pelea estaba perdida.

Había perdido a su mejor amiga, no estaba en Corea, había pagado investigadores privados pero no llegaron más allá de saber que ese mismo día había tomado un avión y desde entonces no se registraba su regreso.

Cada vez que viajaba al extranjero pensaba en la posibilidad de encontrarla y poder pedirse perdón mutuamente. Pero al mismo tiempo, sentía una furia enorme por haberla engañado de esa forma y dejarla sola durante este sufrimiento tan ácido.

Tras la boda volvió a ver a Jackson en Hong Kong de la mano de una chica morena, era su esposa.

No obtuvo más que un saludo indiferente, justo ahí comprendió que no tenía nada, y ese era el motivo por el cual se aferraba tanto a Jinyoung.

Sin importar su indiferencia estaba dispuesta a lo que fuese por él.

Jinyoung cada vez más perdía la paciencia, dejó la habitación tras un portazo y se dirigió a su despacho para alejarse del drama que los acechaba.

Pensaba que todo esto era el castigo por haberle hecho tanto daño a Bada, era su culpa.

Que se fuera y siquiera le hubiese escrito para decirle que se encontraba bien. Sabía que su padre había tenido que ver, pero ella no se había ido a Busan como su progenitor se lo había propuesto.

Tenía la esperanza viva de que volviera a sus brazos y aunque fuera absurdo no la perdería tan fácilmente.

No a pesar de tener casi un año y medio sin verle.

Thief | Park JinyoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora