Dos

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Taehyung era un chico madrugador. No pasaba nunca de las 8 de la mañana para que estuviera en pie. Aquella era su primera mañana en la nueva casa. Sin embargo, Jimin no estaba acostumbrado a despertar tan pronto y siempre que dormía con Taehyung, sucedía lo mismo: Taehyung despertaba mucho antes que su mejor amigo y solía levantarse y dejarlo dormir tranquilamente hasta que él quisiera. Era obvio que por mucha habitación de invitados que hubiera en la casa, los dos habían preferido dormir juntos como desde tanto tiempo hacían.

Sin embargo, aquella mañana, cuando Taehyung abrió sus ojos y miró a su mejor amigo durmiendo plácidamente a su lado, pensó en quedarse un rato más en aquella cama junto a él. Taehyung amaba a Jimin al igual que éste a él, de la manera más pura posible. Se amaban como hermanos. Se cuidaban como hermanos. Llevaban tantos años protegiéndose el uno al otro... Así que el más alto no pudo evitarlo y se acurrucó en el cuerpecito del rubio, cual bebé buscando el calor de su madre. Se sentía tan bien la compañía de su mejor amigo...

-Buenos días. -dijo de repente Jimin para sorpresa de Taehyung.

-Perdona, ¿te he despertado?

-Sí. -admitió el más bajo.

-Lo siento. -se disculpó Taehyung.

-No importa. Tengo hambre de todas maneras.

-A veces pienso que solo vienes a verme para que te dé de comer.

-Y para ver a Tannie. -bromeó Jimin, provocando que su mejor amigo le diera un suave golpe en el brazo. Entonces se quedó serio un momento, mirando al techo.

Taehyung observó los ojos de su amigo enfrascados en algún otro de sus pensamientos.

-¿Qué pasa?

El rubio se mantuvo en silencio unos segundos antes de hablar.

-Siento que no pudieras venirte a vivir con Hoseok y conmigo. -dijo.- Has tenido que pagar para venirte aquí tú solo, yo...

-Jimin. -lo interrumpió.- Ya hemos hablado de esto. Los apartamentos donde estáis vosotros son propiedad de tu academia de baile. -le repitió.- Ya intentaste conseguir un sitio para mi y fue imposible. Además en tu casa solo hay dos habitaciones. -dijo antes de tomar su diminuta manita entre sus largos dedos.- Hiciste lo que pudiste por mi, hermano. Lo sé. No te sientas mal, ¿vale? No pago tanto por el alquiler de esta casa. Está todo bien.

Jimin entrelazó sus pequeños dedos con los de su mejor amigo, sintiéndose aliviado tras oír aquellas palabras.

-Me alegro tanto de que por fin estés en Seúl... -suspiró el rubio.- Ahora podremos vernos más otra vez.

El año que Taehyung estuvo yendo y viniendo a su trabajo en autobús, disponía de menos tiempo para pasar tiempo con su mejor amigo y el resto de los chicos. Sin embargo, ahora era un momento diferente en su vida. Todo cambiaría. Definitivamente iba a pasar más tiempo con Jimin ahora.

El azabache besó la cabeza del rubio repetidas veces.

-Yo también me alegro, Jiminie.

Los dos chicos no tardaron en levantarse y dirigirse a la cocina para prepararse el que supusieron que sería el primer desayuno de muchos en aquella nueva casa. Taehyung fue el primero en sentarse en la mesa con su plato listo y comenzó a comer, justo antes de que Jimin se sentara delante de él con su bandeja preparada.

-Tu vecino es muy guapo. -soltó Jimin.

Taehyung tardó unos segundos en tragar para poder responder.

-Sí, pero es muy borde. -explicó.- Ayer fui a presentarme y darle galletas caseras de mi madre y literalmente me dijo "no, gracias" y me cerró la puerta en las narices.

Smile For Me ~TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora