Diez

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Aquella semana pasó rápida; por fin era viernes. La guardería comenzaba a vaciarse, todos los niños ya habían sido recogidos y era la hora de comer. El estómago de Taehyung rugía con fuerza solo de pensar en llegar a casa y comer el trozo de pastel de carne que Seokjin le había preparado.

-Buen fin de semana a todos. -dijo Yanan saliendo de la sala de profesores.

Taehyung y Kino fueron los últimos en quedar allí, recogiendo hasta última hora sus cosas y siendo por tanto los encargados de cerrarlo todo.

-¡He olvidado mi bolso!

Rosé entró casi corriendo a la sala. Cuando Taehyung había entrado hacía unos minutos, ella ya se había marchado. Sin embargo, la volvía a tener delante, luciendo tan guapa como siempre, recordándole repentinamente ciertos pensamientos que hubiera preferido no tener en su mente en aquellos instantes.

Taehyung llevaba unos días sin ver a Jungkook. Siempre que llegaba a su casa, se encontraba con su puerta cerrada y apenas se escuchaba ruido. A veces escuchaba música, pero no a un volumen extremadamente fuerte como lo solía ser anteriormente. El azabache mentiría si dijera que no se moría de ganas por ver al menor, pero visto cómo había actuado la última vez que se habían encontrado, prefirió no molestarlo para nada. Solo le quedaba desear que se encontraran de casualidad.

-Tae oppa. -le llamó la chica.- ¿Le diste mi regalo a tu vecino?

Bueno, lo cierto es que lo intentó.

Taehyung estaba a punto de decirle que Jungkook rechazó su presente y que no había vuelto a saber más de él; con algo de esperanzas incluso de que aquello sirviera para que la chica se retirase un poco con respecto al castaño.

Sin embargo, la ilusión en los ojos de la joven le impidieron hacerlo. La pobre tan solo le había cocinado un pastelito.

-Sí. -respondió.- Se lo entregué.

La sonrisa de la chica creció enormemente en su boca.

-¡Gracias! ¿Qué te dijo? ¿Le gustó? -preguntó con entusiasmo.

Taehyung rascó su cabeza.

-Él... ah... Me dijo que te diera las gracias. Sí.

Rosé apartó su melena de sus hombros, sintiéndose victoriosa.

-Me hubiera gustado que me lo dijera él en persona, pero... me sirve. -dijo.- Gracias de nuevo, oppa.

-No es... nada.

Kino, que estaba listo para irse, esperó el la puerta a sus dos compañeros que eran los últimos en quedar en el sitio para salir todos y cerrar el centro hasta después del fin de semana.

-Adiós, chicos. Buen fin de semana. -se despidió alegre Rosé.

Kino y Taehyung le respondieron de la misma manera y comenzaron a caminar en la dirección contraria por la que se había marchado la chica.

-No te cae bien, ¿verdad? -preguntó Kino, obteniendo una mirada confusa de su compañero.- Rosé, digo.

-Oh. No, no, no. No me cae mal. -se apresuró a responder.- Tan solo no somos muy cercanos. Eso es todo.

Kino rió levemente.

-No sé, a veces parece que estás incómodo con ella. Si no supiera que te gustan los hombres diría que te gusta.

-Probablemente. -respondió.- Me parece guapísima.

Kino miró al suelo.

-Lo es.

Smile For Me ~TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora