Sentido

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La capital era una ciudad grande, bastante más grande de lo que habían esperado. Estaba situada en la parte sureste de la isla, a media hora de camino desde la aldea, y se extendía por una explanada con un gran puerto donde había ancladas embarcaciones de todos los tamaños. Sus calles, pulcras y coloridas, estaban llenas de gente, personas que vivían ahí o que estaban de visita por la creciente fama de las tiendas y establecimientos del lugar.

—¡Woohoo, es enorme!

Luffy miraba sin parar a su alrededor, maravillado. Chopper, a su lado, hacía lo mismo, sus ojos curiosos atraídos por los flamantes escaparates.

—¡Seguro que aquí encuentro muchas medicinas! —exclamó, emocionado. Llevaba un tiempo preocupado por la escasez de sus recursos médicos, ya que después de sus últimas batallas casi no le quedaba material.

—¿Habrá una armería? —se preguntó Zoro, consultando el plano situado a la entrada de la ciudad.

Nami echó un vistazo y se encogió de hombros.

—Esté donde esté, lo más probable es que te pierdas yendo, así que...

—¡¿Ah?!

—En ese caso —intervino Chopper con una risita—, podemos ir juntos, Zoro. Me acompañas a una enfermería y luego vamos a ver las espadas, ¿vale?

—¿Y por qué no al revés?

—Por... ¡Porque la salud tiene prioridad! ¡Tengo que poder curaros con algo!

—No lo veo necesario...

—¡Oi, maldito! ¡Si tú siempre eres el primero en meterte en líos! ¡Y si yo no me encargase de ti, te habrías desangrado hace tiem...!

Zoro fingió no escucharle. Empezó a caminar calle abajo, y Chopper lo siguió, golpeándolo en las piernas mientras le reprochaba su imprudencia.

—¡Vamos a buscar un restaurante, Nami! ¡Comida, comida! —canturreó Luffy cuando se quedaron solos, pero Nami ya estaba deteniéndolo.

—Antes de nada iremos a ver a esos prestamistas. Será posible, ¿sabes el dinero que me cuestan tus tonterías? La pared del puesto de vigía no se va a arreglar sola; Franky necesita materiales, y los materiales se consiguen con dinero.

Luffy se llevó un dedo a la nariz, ladeando la cabeza.

—¿Y por qué no talamos un árbol y ya está?

—Mira... —Nami trató de reprimir su crispación y se limitó a arrastrarlo del brazo—. Tú hazme caso, ¿vale? Luego ya haremos lo que quieras.

—Ahh, pero tengo hambre...

—¡Tú siempre tienes hambre!

Luffy acabó por resignarse y ambos empezaron a recorrer las calles siguiendo las indicaciones del plano, según el cual el lugar que buscaban se encontraba en pleno centro de la ciudad, en el casco histórico. Tardaron un buen rato, pero por fin, tras muchas vueltas y varias detenciones a causa de Luffy —al que distraían los puestos de comida ambulantes—, llegaron a la plaza mayor, donde se encontraban los establecimientos más importantes.

—Oi... Nami, ¿falta mucho?—se quejó Luffy entonces, una mano apoyada sobre su estómago, que rugía en protesta.

—Ya casi estamos. —Nami echó un vistazo a los edificios que rodeaban la plaza hasta que encontró el indicado en el plano, grande y con un letrero que rezaba "El cofre del tesoro". Se sintió inquieta sin poder evitarlo. La marca que había al lado del cartel... ¿dónde la había visto antes?—. Debe de ser aquí. Vamos, Luffy, aguanta un poco.

[NamixCarina] Nunca más "Adiós"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora