*Narra ____*
Básicamente hace mil meses (no tanto, solo 3) estoy en España porque les dije a mis padres que me iba a quedar acá un tiempo más, ellos aceptaron sin discusiones y bueno...ahora estoy viviendo con Rubius.
Ya hace unos días pasó el cumpleaños de Rubius y cada vez que me acuerdo que adentro de la torta que le regalaron los chicos era yo con las gatas de él. Les juro que fue realmente gracioso.*Flashback*
Suena raro, pero estaba dentro de una torta con dos gatas también. Desde afuera se escuchaban palabras que no podía descifrar de los chicos hablando. De repente, escucho a Mangel gritar: "AHRE", que era mi señal de que me paré y salga, me paró con fuerza y salgo de la torta.
― ¡SORPRESA! ― grité y Rubius se asustó.
― ¡JODER QUE PUTO SUSTO! ― gritó mientras que todos nos reíamos ― ¿Y las gatas dónde coño están? ― preguntó.
― Acá, conmigo ― dije, me agache para agarrarlas y la saqué. Las gatas se tiraron encima de Rubius y empezaron a lamerlo.
― Hey, gracias por la torta ― rió.
*Fin del flashback*
Dios, me cagó de risa cada vez que me acuerdo de eso. En fin, estamos con Rubius en el aeropuerto de Noruega, esperando al padrino para que nos venga a buscar. Estaba feliz porque conocí otro país y nerviosa por conocer a sus papás. ¿Y si les caía mal? ¿Y si no me aceptan? Cada duda se planteaba en mi cabeza.
― Hey, tranquila ― dijo Rubius ― Les vas a caer bien.
― ¿Y si no? ― contesté nerviosa.
― ¿Y si si? ― me contestó seguro ― ¡Mira! Allí viene el padrino ― dijo señalando un auto que estacionaba enfrente de nosotros.
― Sube las maletas en el asiento trasero Rubén ― dijo con un tono de voz grave.
― Vale ― dijo mientras agarró dos maletas y las metió atrás ― Sube ____ ― dijo indicándome un espacio que quedaba atrás.
― Dale ― contesté tímida. Subí al auto, me senté y Rubius cerró la puerta.
― ¿Tú eres ____? ― me preguntó el padrino, yo solo asentí con la cabeza ― ¡Rubén ha hablado de ti todo éste tiempo!
― ¡Calla gilipollas! ― dijo Rubius mientras subía en el asiento de copiloto.
*
― ¡Rubén! ― gritó una niña pequeña al entrar a la casa grande.
― ¡Soooooofi! ― dijo Rubius mientras la agarraba y la levantaba.
― ¡Te extrañé demasiado! ― lo abrazó, se separó y me miró ― ¿Quién es ella? ― preguntó inocente.
― Se llama ____ y es mi novia ― contestó.
― Hola pequeña ― la salude.
― Hola ____ ― dijo amable.
― ¡Rubén! ¡Hijo! ― dijo su mamá que salió de una puerta.
― ¡Madre! ― gritó ― Las presento...ella es ____, mi novia ― me señaló ― Ella es Mónica, mi mamá ― la señaló ahora a ella ― Espero que os llevéis muy bien.
― Hola, mucho gustó ― sonreí.
― Hola, igualmente ― me devolvió con una sonrisa.
De repente, comencé a sentir dolores de cabeza y tenía ganas de vomitar sin razón alguna, mierda, ¿ahora que me pasaba?