Prólogo

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Ponte en mis zapatos.

Tu familia, o más específicamente tu madre, tiene una estúpida regla prohibiendo la tenencia de novios hasta los 15 años.

Tú has visto que tus dos hermanas mayores han roto esa regla, que nadie se enteró hasta que pasó el tiempo y ya habían tenido la edad suficiente para estar en cualquier clase de relación. Ninguna de ellas ha presentado un novio oficial, pero sí han tenido varios a escondidas.

No sabes por qué la existencia de aquella regla, ni entiendes por qué hasta esa edad. Lo único que sabes es que debes obedecer; eres la última en la familia para cumplirla.

En los últimos 14 años no has tenido problema con ello. Te la has pasado feliz con todos tus amigos y babeando por uno en especial.

Viste aquella regla como una excusa para no sentir el profundo dolor de un rompimiento, infidelidad o cualquier catástrofe sentimental existente detrás del noviazgo. Porque sabes que hay muchas de esas y duelen, pues tu madre se ha encargado de recordarte las horribles cosas que ocurren en el romance adolescente.

Pero exactamente un año antes de poder cumplir la regla familiar, te das cuenta de que no es necesario tener un novio antes para que te rompan el corazón; que no necesitas tener una pareja para experimentar aquel dolor. Has sentido cómo todo se derrumbaba sin que lo provoque una relación.

Que no fueran novios, no hizo que no doliera. Quisiste llorar, romper todo y gritarles a los cuatro vientos que lo amabas. Sólo hiciste la primera, ninguno de tus amigos podía descubrir que estabas enamorada de él.

Sabías que lo que sentías estaba mal, no deberías hacerlo si no era correspondido. Sólo te lastimas más pensando en él de esa forma.

Entonces llega alguien más que está dispuesto a hacer de todo para estar contigo. Ves eso como una posibilidad para olvidarte de aquel chico que te rompió el corazón. Sabes que él dará lo mejor de sí para estar a tu lado y aprovechas eso.

Crees que él puede evitar que sigas sufriendo y deje de doler.

En ese instante recuerdas un pequeño detalle: Aún no tienes la edad suficiente para tener novio.

Tienes dos opciones: Te quedas con el chico que posiblemente te haga feliz o cumples la regla familiar.

¿Qué harás?

¿Serás capaz de destruir tu única regla para reparar tu corazón?    

Hasta los 15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora