CAPITULO 18

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En cuanto aparqué frente a la casa de Emily, desde la ventanilla del auto pude ver a la manada hablar animadamente en compañía de las improntas en la mesa de la cocina, el ambiente parecía tranquilo y feliz. Por muy egoísta que pareciera; mi molestia era algo que no podía esperar, necesitaba plantarle cara a Paul y no estaba dispuesta a fingir que todo estaba bien; razón por la cual baje del auto de mi padre para precipitarme a la entrada de la casa de Emily, Paul se levantó de la silla en la que estaba sentado y caminó hasta a mí con una sonrisa en la cara  que a mi parecer era bastante desvergonzada, como si nada hubiera pasado, el cinismo en su mirada fue para mí la gota que derramo el vaso ¿creía que no me enteraría de sus actos? O peor aún ¿acaso pensaba que yo estaría de acuerdo?

-no te acerques a mí. - le solté alzando mi mano derecha en señal de que se detuviera, ya que este se había aproximado a mí con los brazos abiertos y no parecía notar la molestia en mi rostro, que de por si me esforzaba mucho por hacer evidente, todos en la habitación dejaron de hacer lo que estaban haciendo para mirar la escena.

-¿Qué tienes sirena? – me pregunto Paul dejando de sonreír para mirarme inexpresivo.

-casi matas a mi padre, eso me pasa. – le solté, pude ver como Paul tragaba pesado. – no contento con hacerlo parte de esta locura lo dejaste botado en la carretera, Lahote! Por favor. Mi padre tiene problemas cardíacos. – le dije llevándome las manos con impaciencia a la cabeza, Paul parecía consternado por su expresión deduje que él no era consciente de la enfermedad de mi padre, pues yo tampoco lo había mencionado nunca.

-lo siento, yo no sabía eso. – me dijo con una expresión de disculpa - ¿está bien tu padre?

-sí, por suerte es más fuerte de lo que parece y llamo una ambulancia en cuanto sintió la presión en su pecho. – Paul suspiro aliviado ante mis palabras. – pero ese no es el problema Paul, el problema es que lo dejaste allí y no te detuviste a pensar en el shock que le causaría ver un maldito lobo desaparecer por el bosque.

-lo sé, lo siento. Me equivoque. – me dijo, pude ver como se tensaba su mandíbula, Paul no toleraba ser regañado, pero se tenía que aguantar yo no dejaría que hiciera lo que se le diera la gana.

-y además de todos... - Paul suspiro tal vez al darse cuenta de que yo tenía más quejas. – te deje muy claro que no quería que te metieras en este asunto, te dije que lo solucionaría ¿acaso no me escuchas idiota? – le solté empezando a elevar la voz, luego de que hasta el momento había estado luchando por mantener un tono neutro.

-ya se lo que me dijiste... - comenzó Paul elevando la voz también parecía que acaba de perder la compostura. – pero tú eres mi impronta, Sarah. ¡Eres mía! No me quedaría sentado a ver cómo te llevaban lejos de mí. – me soltó Paul, su expresión se veía oscura y molesta. Por mi parte yo me llene más de ira pues el uso de posesivos en su frase era algo que no me había agradado, yo no era de nadie y estaba muy mal si pensaba que se lo iba a permitir.

-nada me obliga a ser tu pareja. – le dije recordando el fragmento del libro que Lou me había prestado días atrás << serás lo que él o ella quiera que seas, un amigo, un protector, su pareja.>> , las palabras me lastimaron al instante y la expresión severa de Paul también se descompuso me arrepentí de lo que le había dicho, pero no iba a detenerme, tenía que frenar a Paul de algún modo por muy estúpida que pareciera mi estrategia.

-¿Qué? - me pregunto el, ladeando la cabeza con una expresión de incredulidad.

-co... como me oyes... - dije finalmente luego de suspirar profundamente para llenarme de seguridad. – soy tu impronta, pero sé que tengo el derecho a elegir que quiero que seas en mi vida. – un nudo empezaba a formarse en mi garganta por lo que me vi obligada a desviar la mirada hacia el suelo para evitar llorar como una ridícula delante de todos.

The Mermaid And The Wolf ~Paul Lahote~ |Libro 3| de la serie 'Improntas'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora