Cuando las estampillas se acaban

10 1 0
                                    

Jueves, 07/2018, 3 de la mañana.

"El día de hoy salí con mis amigos a buscar trabajo, y pensé que seria una tarea bastante agobiante, es decir, tener que caminar en varios sectores, dándoles un papel para que sepan datos sobre mi, con la duda de si me llamaran o no, para seguir caminando y luego ir en bus a otro sector para repetir el proceso... Pero no. Fue bastante divertido, estuvimos charlando sobre varias cosas, como lo que queremos comprar, nuestro futuro en si. También llevamos un juego de mesa, así que tomamos un lugar y nos pusimos a jugar.

Me sentí bastante aliviada, el buscar trabajo me hará sentir que no soy una carga para mi familia, o eso espero. Poder comprar las cosas que quiero, mi ropa, poder aportar con un poco de dinero en casa, poder pagar mis gastos, poder juntar dinero para comprarle algo lindo a la persona que mas amo.

Conocí a este chico en el 2016, pero no tuve la valentía de hablarle nunca, así que solamente lo seguí en las redes sociales como una persona anónima, cada vez que lo veía en juntas con un grupo de personas me daba un poco de vergüenza hablarle, porque, yo jamas me considere una persona atractiva, y el siempre tuvo chicas que lo amaban mucho más lindas y más interesantes que yo.

Hablamos por primera vez en 2017, fue bastante lindo, porque empezó a hablarme mas seguido después de un comentario que hice en una publicación de Facebook y a el le causo gracia. Apenas empezamos a hablar sentí su interés en mi, pero, no quería hacerme falsas ilusiones, así que no se lo mencione.

Hablamos prácticamente todos los días, el se preocupaba mucho por mi, por mi situación, siempre que me veía triste o desanimada iba a preguntarme que me sucedía, como estaba, intentaba siempre sacarme una sonrisa del rostro cuando yo estaba llorando. Y lo conseguía.

Yo tenia sentimientos reprimidos hacia el, pero no quería asustarlo, tampoco quería que tuviéramos algo y fuera pasajero, y mucho menos quería que el pensara mal de mi, creyendo que quería hacerle daño. Desde que lo vi por primera vez, supe que su vida amorosa, no era muy feliz.

El salia con una chica, una chica bastante desagradable, ella pensaba que todo giraba alrededor de si misma, y si las cosas no le salían como esperaba, se comportaba peor que un niño pequeño, hacia todo lo posible por conseguir desde comida, hasta alcohol y sexo. No me sorprendería que le haya sido infiel a el. Lo ultimo que supe de ella, es que se había acostado con un amigo mio en una fiesta solamente porque necesitaba Vodka, y en ese momento salia con alguien más.

Yo no quería que el repitiera la historia, solo anhelaba que el fuera feliz de una vez, con alguien que de verdad lo amara, con una persona que pudiera sacarle sonrisas y pudiera hablarle las cosas cada vez que algo sucedía.

Jamás llegue a pensar que esa persona seria yo.

Suelo ser una persona muy cerrada, me mantengo al margen de todo porque me da miedo fracasar o que me odien porque me he equivocado. Ya me ha pasado.

Pero el me hizo darme cuenta que en la oscuridad siempre hay colores, que solo falta un poco de luz. Y para mi, él es mi sol, mi esperanza.

Puedo salir ahora de mi casa sin miedo de que me vayan a apuntar con el dedo, sin miedo a cometer errores, porque de esos errores aprendo que puedo hacerlo mejor, y no me rindo hasta intentarlo. Gracias a el, puedo hacer las cosas para mi, para que me satisfagan a mi, para que me hagan sentir feliz a mi. Siempre que me miraba al espejo, habían ojeras, lágrimas, u odio en mi mirada, odio dirigido hacia mi.

Pero ya no más. Ahora solo veo a una persona capaz de todo, una persona maravillosa, una chica hermosa, que es feliz con su vida, con el camino que decidió por ella y para nada más que ella y sus cercanos.

Todas las mentiras que ocultaba en mi, explotaron desde mis palabras, dejando un rastro lleno de sufrimiento, de malos tiempos, donde cada una de ellas había acuchillado a alguien. Todas las heridas en mi se abrieron, y unos lagos enormes donde las lágrimas se guardaban se desbordaron, abriendo mi alma por completo. Sin embargo, no para recibir mas dolor, si no para ser sanadas, poco a poco, por un corazón roto, lleno de penurias, que estaba dispuesto a dar la lucha de ayudarme, para que yo también, pueda curar todo lo que el tiempo me ha provocado.

Ahora mi corazón esta lleno de alegría y gozo, lleno de una felicidad que quiero compartir con todos, con el mundo, con mi familia, con él." Se detuvo un momento, y mirando a su pantalla seco sus lágrimas, sentía un gran alivio por fin, su alma se sentía limpia, sin mas agujas dentro. Y cuando lanzo el papel al basurero, le atino. —Bueno— Suspiro —Supongo que es todo— Con aun lágrimas en sus ojos cerro su pequeña libreta que mantenía guardada bajo su cama.

—Es lindo poder escribir estas cosas para mi... Creo que nunca me he sincerado conmigo misma— Se rascaba la cabeza con una sonrisa y sueño en sus ojos. De pronto, una llamada la volvía a mantener despierta.

—¿Jess? Soy yo, Kath, ¿Estas en pie?— Era su mejor amiga, una chica que conoce desde que su cuerpo toco el hospital, con la cual había perdido el contacto por completo hace 1 año —...Eh...— Se sentía extraña, Jossefin no había sabido nada de ella desde que se fue de la ciudad. Pero rápidamente recupero el aliento y le contesto —Si, si, estoy en pie... ¿De verdad, eres tu Katherine?— No podía creerlo, una de las personas que mas apreciaba estaba al teléfono —Tengo una noticia que contarte. Mañana ven a la dirección que te mandare por mensaje, no tengo mucho tiempo ahora. Pero... Gracias por contestar el celular—

La llamada finaliza y a los pocos segundos recibe el mensaje, era una dirección un poco lejana, pero podía llegar en un bus, que la dejaba directo en ese lugar.

Sin más, decide aceptar con un sentimiento bastante extraño dentro de si misma, y se va a su cama, con toda la ansiedad de vuelta.

Las penas de mi amada JossefinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora