Ocho

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Me había enterado de que usaba Wattpad, y se preguntarán cómo me entere, pues solo me acerque cuando estaba en su teléfono y pude ver que leía algo, cuando llegue al salón vi a una compañera leyendo ahí mismo, ella me dio el nombre de la App, me cree una cuenta y solo faltaba buscar cómo aparecía. 

Eso si que fue difícil, pero al fin y al cabo, lo conseguí. Aprendí a usar la App hasta mandarle un mensaje, hasta que me acostumbre, todos los días que llegaba del colegio prendía el Internet y le enviaba un mensaje, diciéndole lo linda que se veía, o por qué de su estado de animo, ella nunca me respondía, pero solo me bastaba con que los viera. 

Desde que empece a enviarle mensajes, ella estaba extraña, miraba para todos lados como si intentase encontrar a alguien, y a veces sus expresiones aterradas me preocupaban. De vez en cuando pensaba que fue muy mala idea enviarle mensajes, ¿qué tal y pensaba que era una persona mala, un viejo violador o peor aún, un psicópata?  


...


    

-¡Estoy muy feliz! - Exclamo Carlos mientras tomaba su bolso y sui tarro con agua. 

-¿Y a este qué le pico? - Pregunto Camilo haciendo una mueca. 

-Vamos a dar Educación Física. - Rodé los ojos algo cansado. 

Empezamos a caminar hacia el aula múltiple, cuando llegamos y decidimos entrar casi mi corazón sale disparado de mi pecho, ¡Ella estaba dando Educación Física en el mismo lugar donde mi salón estaría!   

-Jorge, cierra la boca que se te sale la baba, pendejo. - Se reía de mi Carlos mientras me empujaba por el hombro. - ¿A quién ves?

-Nada, nada...

La volví a ver y esta tomo asiento en las gradas con su amiga, hablaban de algo muy animadamente y yo no hice nada que verla. 

Trague saliva al instante en que nuestras miradas conectaron, mi corazón estaba por salirse y mis manos estaban temblando, ella... ella me estaba viendo mientras me sonreía y yo solo estaba mirándola como bobo en media del aula, ¿realmente nos quedamos viendo por unos segundos que para mi fueron siglos? 

-¡Sara, mueve! Tenemos que ju... - Su amiga siguió su mirada hasta que me miró, yo aparte la mirada de inmediato, diablos, su amiga me pillo tanto a mi como a ella mirandonos. -¡Te gus..! 

Trate de no reírme cuando Sara tapo lo más rápido posible la boca de su amiga para que esta no terminara de hablar, al parecer había captado la exclamación que esta iba a decir, y yo también la había captado, y me hubiera encantado que la fuera terminado.      

-¡Maca no me gusta! - Estas como que no sabían que era la palabra "Discreción", estaban hablando fuerte, que me imagino que para ellas eran susurros, reír por ellas. -Ni siquiera lo conozco. 

Parece que me fueran dado un cuchillazo en mi pecho cuando dijo eso, enserio que trate de evitar eso último. Me fui para lo último del aula múltiple ya con un mal humor, ahora quería evitarla a toda costa, de repente quería que esta clase terminara lo antes posible. Pero todo eso de evitarla se estaba yendo a la mierda, cada minuto chocábamos miradas casualmente, y no podía evitar ponerme nervioso. 

Me senté en las gradas, cerca de Carlos y empece a hablar, ¿De quién más? De ella. 

-Desde que la viste no has dejado de decir Cursilerías...Debes estar muy feliz, ¡Te toco en el mismo aula! 

Asentí muchas veces, ahora estaba feliz, es verdad lo que dijo Ximena, estoy peor que una mujer con el periodo.

-Me siento muy feliz, ¿no te has dado cuenta todo lo que ha pasado? - Él asistió y de inmediato me miro con cara pervertida. -¿Qué insinúas?  

-¿Sera que le gustan los chicos que hagan ejercicio? 

-¿Qué? Estas loco, eso yo no me lo pregunto. 

-Vamos Jorge, muestra. 

Se me acercó y en un dos por tres tomo mi suéter del uniforme y lo levando con ti camisilla blanca, dejando al descubierto mi abdomen que gracias a Dios estaba muy bien trabajado, me eche a reír al darme cuenta de que varias niñas con las hormonas en descontrol del grado de Sara me miraban y vacilaban como locas, pero mi vista solo busco a Sara, quien tenia su rostro cubierto con sus manos, mientras hacia espacio entre sus dedos para verme con atención, ¡Dios, Dios, Dios...Ella había visto! 

No sé pero mi estómago dio un vuelco y sentí mi cara caliente, me di la vuelta apenado dándole un manotazo a Carlos en la cabeza por haberme levantado el suéter, este dejó de reír cuando el profesor llamo nuestra atención mediante el pito ese rompe oído.  

-¿Ustedes vinieron a hablar o qué? ¡Vengan a calentar! 

Este día había sido el mejor de mi vida, de verdad.  

 

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