Nueve

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Ahora estábamos escogiendo al nuevo contralor del colegio, casi todos iban a votar por uno de mi salón que verdaderamente no me agradaba del todo ya que era un poco engreído solo por ser el más inteligente del salón, bueno el segundo, porque el primero era  alguien más; deberás que él tenía buenas propuestas, y podría decir que eran mejores que las de otros candidatos.

-¿Si vas a votar por él? - Preguntó mi amigo Carlos mientras tomábamos asiento en una de las bancas de la cafetería de la primaria. - Por ahí escuché que Sara votará por él. 

-Claro que votaré por él, ¿Por qué no debería de hacerlo? Tiene muy buenas propuestas - Se echó a reír y yo también, deberás que esa chica me tenía mal. - Votaré por él solo porque ella lo hará, pero si gana y nos convierte como Venezuela, te juro que iré donde ella y la regañaré mucho. 

-Ojala nos convierta como Venezuela - Nos reímos mucho, era un colegio, cómo nos podría convertir en un país dictador malo. 

...

Como dije, él había ganado, y detrás de eso también se había convertido en nuestro representante de curso, a veces no nos dejaba respirar, literalmente, bueno, así lo sentía yo. 

-Estoy tomando nota de los nombres de los representantes de cada salón - Mi corazón latió al escuchar aquella dulce voz que hacia que cualquier persona se le derritiera el corazón, me puse nervioso y mis manos empezaron a sudar, Dios, ella estaba en la sala de informática, donde estábamos dando clases, estaba con su uniforme de diario, su típico buzo azul con blanco que tanto me gustaba ver, y un moño alto, aún así con ese moño su cabello le caía hasta debajo de la cintura, su cabello era muy largo, demasiado. Antes de conocerla, me gustaban las de pelo corto, decía que las que lo tenían largo eran creídas, no eran inteligentes porque les pesaba y no podían pensar bien, ahora me siento un completo estúpido por haber dicho eso, creo que era muy infantil en ese tiempo - Podría decirme, por favor, ¿quién es el representante de aquí? 

Él tonto alzó su brazo y se acercó a ella, la estaba mirando muy seductor, yo solo tenía ganas de partirle todo. Pero me eché a reír al darme cuenta que ella era mucho más alta que él. Y al parecer se dio cuenta cuando reí porque me miró, estábamos haciendo contacto visual y sentía que en cualquier momento me iba a morir, es que para mi hacer contacto visual con ella era la cosa más hermosa del mundo, hacia que me doliera el estomago, pero un dolor que quisiera que siempre estuviese allí, mis manos sudaban y tragaba saliva muy constantemente. 

Ay, pero ella rompió el contacto visual y bajó su mirada, pude ver que mordió su labio inferior y estaba un poco nerviosa, me di cuenta porque el cuaderno y lapicero se le cayeron de las manos cuando el representante se lo devolvió, y además fue un poco torpe en agarrarlos de nuevo. 

-Gra...Gracias 

Se despidió y todo el mundo en el salón, contándome a mi también, dimos un leve salto de susto, ella había tirado la puerta tan fuerte, que dejo el salón con eco.

-Se puso nerviosa - Dijo Carlos cerca de mi oído y me asuste de nuevo. - ¡Ja, tiene una fuerza increíble! 

-Si... 

-No creo, cuando los nervios atacan, las personas hacen cosas sin pensar. Como mi mamá, vio un sapo y no sé cómo se subió a la mesa, fue increíble, y ahora mismo, ella tampoco sabe como se subió. Es la adrenalina de miedo que sienten - Había llegado Andres, nuestro amigo, todo un cerebrito, también era uno de los mejores estudiantes y no pasaba de los cinco primeros puestos. Todo lo contrario a mi, yo no pasaba de tos quince primeros puestos. 

Sonreí como pendejo al recordar cuando tiró fuertemente la puerta...¿Ella se había puesto nerviosa por mí? 

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