"Isabella no hace lo que le digo"

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Ayer salí al centro de mi ciudad, a comprar unas cosas.

Mi mamá se detuvo en un local pequeño, la dueña era una señora mayor.

Habían dos niños pequeños correteando y jugando adentro del local. Supuse que eran sus nietos.

Un niño y una niña. Tenían más o menos la misma edad, algo así como seis o siete años. El niño sería mayor que la nena al menos uno o dos años.

Estaban jugando. Luego el niño se sentó en un pequeño banquito y la llamó:—Isa, ven aquí.

La niña, que supuse que se llamaba Isabella, se había distraído con unas camisas. Respondió un “no”

—Isa, ven acá— Insistió el niño.

—¡Que no!— la nena volteó a verle, con cara de fastidio.

—Isa...— El chiquillo había utilizado un tono de suplica. Pero después, para mucha sorpresa mía, se levantó del banquito en donde estaba sentado y tomó bruscamente a Isabella del brazo. La zarandeó y utilizó un tono de molestia:— ¡Isabella, que vengas para acá te digo!

La niña, con molestia, se soltó del niño de un sólo tirón. Provocando que el nene se pusiera a llorar.

—¿Qué pasa?— La señora dejó de atender a mi mamá al escuchar los llantos (forzados, a mi parecer) del niño.

—¡Isabella no hace lo que le digo!— exclamó, señalándola.

—¡Él me jaló del brazo!— se defendió ella.

—Isabella, por favor, quédate tranquila, ¿sí? hazle caso.— respondió la señora, volviendo a lo suyo con mi madre.

La niña volteó los ojos, y se dirigió al muchacho, que había dejado de llorar como por arte de magia.

Yo quería decir tantas cosas, y no sé por qué no dije ninguna. Quería decirle al niño que Isabella no tenía que hacerle caso siempre; quería decirle que aprendiera a respetar un “no”. Quería decirle a Isabella que jamás hiciera lo que un niño le pidiera si ella no estaba de acuerdo con eso. Y sobretodo quería regañar a la señora por la mala crianza que le estaba dando a esos niños. ¿Cómo pudo permitir que ése niño se molestara tanto sólo porque la nena le dijo “no.”? ¿Qué será de ése niño cuando crezca, y cuando muchas mujeres le digan “no.”? ¿Las golpeará, las maltratará?
La señora jamás debió pedirle a Isabella que le hiciera caso al niño. Debió decirle al niño que respetara la decisión de Isabella.

Tenía tanta frustración, y tanta molestia en ese momento. ¿Acaso esta es la manera correcta de criar a los niños? ¿La señora no se daba cuenta de lo que estaba haciendo?

Luego de eso, no pude separar la vista de esos dos niños hasta que nos fuimos del local. Me quedé viendo, impotente, cómo Isabella estaba incómoda y fastidiada, mientras jugaba por obligación con el niño, que ahora no tenía ni rastros de haber llorado.

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