Noah

5.2K 311 10
                                    


Después de casi dos años sin venir a Los Ángeles  estar aquí parecía un mal sueño. Escucho reír a mi madre con algo que a dicho Charlie, ella está feliz. Mi padre en cambio se limita a escuchar la plática y a regalarme una que otra mirada por el retrovisor, es su forma de demostrar felicidad.

Desde pequeño descubrí que era más parecido a mi padre que a mamá, en cambio Lee mi hermano menor es una réplica exacta del carácter de mi madre.

–Prepare lasaña– mi madre menciona mientras echa la cabeza hacia atrás, me examina antes de girar hacia la callada chica que tengo a mi lado izquierdo– ¿te gusta la lasaña Tara?

–Me encanta señora Flynn– responde con una sonrisa.

–Es el platillo favorito de Noah– mi madre menciona perdida en sus pensamientos, es como si todavía no creyera que estoy aquí, puedo notar el cansancio en Tara cuando recarga su peso sobre mi hombro, Charlie en cambio sigue hablando de forma animada con mi madre.

El resto del camino lo realizamos en un cómodo silencio, cuando la camioneta se detiene por fin ciento como se me encoge el estómago. Me ordeno a mí mismo a poner una sonrisa en mi rostro antes de bajar y sacar las maletas de la cajuela.

Puedo ver a una ya más animada Tara seguir a mi madre por el camino de entrada, mi padre en cambio camina hacia mi perece dudar antes de poner su mano sobre mi hombro.

–Tu hermano está adentro– me menciona para seguir el camino que hicieron mi madre y Tara.

– ¿Estás preparado?– me pregunta Charlie mientras toma su maleta.

–Eso creo– susurro en respuesta– han pasado dos años, joder. Sol no quiero volver a ser el mismo Noah de esos tiempos.

–Bueno si quisieras regresar a esos malos hábitos Tara patearía tu trasero– menciona con diversión

–¿Es muy tarde para mandarla a Italia con tus padres?– pregunto en el mismo tono.

–Nunca es demasiado tarde.

Cierro la cajuela con un golpe sordo antes de arrastrar mi maleta y la de Tara por el camino de entrada de mi casa, una casa que me trae tan buenos como malos recuerdos.

Todo parece a simple vista igual, los cambios son poco notorios. Pero los hay, un jarrón de un azul horrible descansa sobre la mesa del gran pasillo de entrada una foto de la graduación de Lee esta justo al lado de la mía.

La ruidosa risa de mi hermano menor se escucha por toda la planta baja, sigo el sonido y cuando llego a la sala mi corazón se detiene.

Lee no está solo, una cabellera castaña lo acompaña, Tara parece sumamente cómoda en su compañía y por alguna extraña razón eso no me gusta.

Aclaro con violencia mi garganta y ellos voltean en perfecta sincronía hacia mí, cuando la mirada de Tara choca con la mía me relajo visiblemente, en sus manos descansa la foto que me tomaron en el quinto grado, justo cuando me había hecho un corte de cabello sumamente extraño.

–Eras todo un galán Flynn– Tara parece sumamente divertida mientras saca su celular del bolsillo, lo siguiente que noto es como enfoca la foto y el clic de su celular al tomar la foto.

–Lo sigo siendo– le respondo antes de avanzar a gran velocidad y tratar de quitarle el celular– dame eso– forcejeo unos segundos más antes de rendirme– si lo publicas en algún lado estas muerta.

–Lo que digas Noah

–Hey– Lee se para de su lugar para poder avanzar los pocos centímetros que nos separan, cuando por fin esta frete a mí lo veo dudar, así que tomo la iniciativa y me inclino un poco para poder abrazarlo.

–Es bueno verte– le comento al oído mientras siento como Lee me abraza con más fuerza.

–Lo mismo digo– Tara me regala una sonrisa antes de formar un corazón con sus propias manos, para después elevarlo sobre su cabeza.

–Que tiernos– la molesta voz de Charlie llega hasta nosotros, el tono dulzón que utilizo hace reír a Lee y yo ruedo los ojos. Me separo de Lee y avanzo hacia el sillón para poder tomar asiento.

–No seas celoso– Tara comenta con diversión antes tomar mi mano y girarla con violencia, cuando ve la hora en mi reloj me suelta con brusquedad.

–Auch – susurro– que agresiva

La cenas en familia nunca habían sido mis favoritas, en mis años de instituto mis méritos siempre estuvieron manchados por las malas decisiones que tomada, pase la mayor parte del tiempo en detención y sino hubiera sido por el futbol y mi sorprendente buen promedio quizás no hubiera obtenido mi lugar en Harvard.

Desde que los mellizos entraron a mi vida el primer día de clases, mi vida sin duda mejoro bastante. Cuando rompieron mi corazón Charlie se puso la borrachera de su vida conmigo, cuando Tara nos vio en tan malas condiciones nos dio un paquete de galletas de chocolate a cada uno, y nos puso una película de Disney en la tele. Y se hizo nuestro ritual, después de cada decepción ya sea amorosa o académica siempre terminábamos comiendo galletas enfrente del televisor.

Así que mientras dejo las maletas en mi habitación no puedo imaginar lo que sería estar aquí sin ellos.

–Tu casa no está diseñada para gente alérgica al sol– me giro en dirección a la puerta para poder observar como los mellizos entran, Tara viene arrastrando a Charlie.– aleja a ese inadaptado de tu madre.

–Es un amor, pero no es mi tipo– menciona con las manos en alto, yo hago una mueca de desagrado y Tara golpea su cabeza con fuerza– DEJA DE GOLPEARME

Deja de ser un pervertido.

Dejen de hablar en español, estoy tan cansado que no les puedo seguir el paso– menciono antes de dejarme caer en mi cama, la habitación esta tal y como la deje, veo como Tara toma la foto del equipo del instituto entre sus manos, su ceño se frunce antes de volverla a dejar en su lugar.

–Cambiaste de numero– menciona, me encojo de hombros antes de agarrar una almohada y aventarla en su dirección.

–Me va mejor el número que tengo ahora– Tara ríe antes de acercarse a Charlie y besar ruidosamente su mejilla.

–Queeee asco– en respuesta Tara besa de la misma forma su otra mejilla– gérmenes, gérmenes de la locaaaa– canturrea mientras finge morir.

–Ahora resulta que te dan asco los gérmenes– sonrió al imaginar a donde va– después de besuquearte con media universidad.

–No es la misma– responde con fingida indignación– tus gérmenes son tóxicos, por eso Ken se enfermaba– suelto un pequeño gruñido ante la mención del idiota que trato por más de un año de ganarse el "amor" de Tara.

–Te aseguro que mis gérmenes nunca estuvieron ni cerca de el– su respuesta me deja más tranquilo mientras la veo acercarse a mí, no se lo piensa dos veces antes de besar mi mejilla – iré a dormir, muero de sueño.

– ¿A las 8?– pregunto

–A las 8– responde antes de salir de mi habitación para poder abrir la puerta de la habitación de huéspedes que queda justo enfrente de la mía.

Escucho el resoplido de Charlie antes de que choque su puño con el mío, a él le ha tocado la habitación de huéspedes que se encuentra al final del pasillo.

Sonrió como idiota al recordar la agradable cena familiar de hace rato, es bueno estar en casa pero es todavía mejor tener a los mellizos aquí.

Charlie es la persona que mejor me conoce.

y Tara es mi amuleto, ella me mantiene cuerdo. 


MYSTERY IN L.A ➳《NOAH FLYNN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora