Y lo vi, estaba observándome a los pies de la cama con su cabello blanco y sus ojos aparentemente sinceros, era un hombre mayor de por lo menos 80 años, Vincent se llamaba según me dijo después de ese primer encuentro.
Estaba asustada, me dolía todo, estaba en un lugar desconocido, con un desconocido que me miraba como se mira a un puto perro abandonado, como se mira a un vagabundo sin hogar, como se mira a una rata de alcantarilla; con asco y pesar.
-¿quien es usted?-Dije mientras me ponia de pie tratando de ignorar la intravenosa en mi mano izquierda.
-Soy Vincent, solo quiero ayudarte...- Me dijo con su expresión de pegar y sus ojos sinceros, no podía confiar en el, no lo conocía, no era mas que un viejo de mierda.
-Déjeme ir-
-no puedo dejarte ir, no estas bien-
- Estoy perfectamente bien-
-No creo que se considere estar bien su estado, tener un brazo roto, la matriz destrozada, y estar politicamente muerta.-
-¿Politicamente muerta? - En ese momento fue lo único que me imparto ya que lo otro no era una novedad, después de lo que me habían hecho esos desgraciados hijos de puta drogadictos no esperaba encontrarme bien, ni esperaba que alguien volviera a tocarme ya que lo de la matriz no era ningún problema.
-Si, políticamente muerta, uno de mis muchachos te saco de un rió, un pobre enfermo que al verte muerta pensó que la cosa iba a ser mas interesante- Dijo mientras me observaba de abajo arriba.
-Te rescate, te cure, estas bajo mi cuidado médico, soy un experto, nada malo te pasara conmigo, tienes que quedarte porque si sales así morirás seguro, no estas restablecida, a demás te encuentras a nivel de desnutrición y no tienes una identidad.- Continuo diciendo después de unos minutos
No tenía porque desconfiar de este hombre, había salvado mi vida, ero no podía quedarme , no podía dejar que nadie me tocara, antes muerta, antes rociada con alcohol y quemada, antes arrojada al rió,
-No quiero quedarme en este lugar, no lo necesito.- Era mas que obvio que me mentía a mi misma, no podía casi ni mantenerme en pie, no podía ni respirar, estaba débil, muy débil...
-Porfavor, maldita niña impertinente y desagradecida, ¿crees que hago esto por gusto? pues no, es ética médica, no puedo dejar a nadie morir. -
En ese momento le creí, y tratando de recuperar el aliento me acosté en la cama , callendo esta vez por decisión propia en los brazos de Morfeo...n
Así empezó todo, me cuidaban, me alimentaban, me cambiaban los vendajes y todo parecía realmente perfecto los primeros tres meses, parecía un sueño, que todo iba a ir bien, pero como saben los sueños son sueños y este sueño se convirtió en pesadilla a los tres meses de mi estadia en ese lugar.
De pronto, a los 90 días de estar en la casa de Vincent, cuando me encontraba totalmente sana entró a mi habitación , sus ojos habían dejado de ser sinceros, su mirada era fría y escalofriante, sus movimientos eran feroces mientras se acercaba a mi, sentí miedo, mucho miedo de que el cerdo de el viejo me hiciera algo, su actitud era de cacería, no era normal...
-Eres tan ingenua, nadie hace nada solo por caridad, todos buscan algo; y lo que yo quiero ahora es a ti , a tu cuerpo, quiero que me pagues todo lo que he hecho por ti, quiero que me digas que eres mía, quiero que seas mi perra.
- Maldito puerco, no te mereces ni un puto escupitajo, jamas te daré lo que quieres, primero me matare, me matare-
-no te mataras, porque cuando te des cuenta de que soy tu mejor opción no querrás hacerlo.-
-Ni muerta. - o eso pensaba yo, pero no sabía lo que iba a pasar a continuación, no tenía ni idea...
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El diario de una Perra sin suerte
General FictionSer una de ellas era una parte de mi, mi nombre es estrella y esta es mi triste y patética historia...